Historia para Christopher
Capítulo 1: "Los invitados en la Casita de Mamá y Papá"
Era una tarde helada de diciembre y Christopher, un niño de tres años con mejillas rosadas y ojos como dos estrellas brillantes, estaba lleno de emoción. A su casita de su mamá y papá, en medio de un bosque esponjoso y blanco, acudían gente de todas partes para celebrar Navidad.
Entre ellos estaba Daliris, su mamá de sonrisa cálida y ojos bondadosos. Su amor se sentía como un abrazo cálido en la más friolenta de las noches. Hasta el Grinch, un personaje verde y gruñón, había sido invitado. El Grinch usualmente vivía solo en la montaña, pero este año había aceptado la invitación.
El motivo de la reunión era una gran fiesta, pero había otro, un misterio que debía resolverse. Durante la cena, un hermoso diamante que adornaba el centro de la mesa desapareció. Todo apuntaba a que estaba escondido en el postre navideño.
Capítulo 2: "El misterio del diamante desaparecido"
Al notar la ausencia de su preciado diamante, Daliris, alarmada, se dirigió a la sala donde todos estaban reunidos. "El diamante ha desaparecido", anunció. Todos comenzaron a buscar, pero no había señales del diamante.
Christopher, con su inocencia, preguntó: "¿Y si el Grinch lo tomó?" Los ojos de todos se volvieron hacia el Grinch. Pero él, que había estado aprendiendo a respetar a los demás, se defendió de manera firme y tranquila: "No lo he hecho, te lo prometo, Christopher".
Así comenzó la búsqueda. Todos debían morder con cuidado su ración de postre, por si el diamante estaba escondido allí. El ambiente estaba tenso, pero Christopher decidió confiar en el Grinch.
Capítulo 3: "La resolución del misterio"
Pasaron las horas y finalmente, cuando todos estaban a punto de perder la esperanza, Christopher encontró el diamante en su porción de postre. El salón estalló en aplausos y felicidad.
Al final, el Grinch, que había sido señalado injustamente, agradeció a Christopher por su confianza. "Gracias, Christopher", dijo con una sonrisa, "Por creer en mí."
Capítulo 4: "Navidad en la Casita de Mamá y Papá"
Esa noche, la Casita de Mamá y Papá se iluminó con risas y canciones de Navidad. El Grinch, por primera vez, se sintió verdaderamente parte de algo, gracias a la lección aprendida: respetar a los demás es esencial.
El niño, Christopher, no solo resolvió el misterio del diamante desaparecido, sino que también ayudó al Grinch a sentirse aceptado. Christopher, con su inocencia y bondad, había convertido una tensa búsqueda en una fiesta alegre. Y así el espíritu de la Navidad volvió a la Casita de Mamá y Papá.
Y vivieron felices, celebrando una Navidad llena de amor, respeto y alegría. Como debe ser.