Historia para LiLA

Capítulo 1: "El comienzo de una travesía"

En una esquina lejana del universo, donde las estrellas parpadean como perlas hiladas en el manto azul del cielo, existe un lugar mágico que todos conocemos como el Polo Norte. Aquí, los abetos siempre verdes están coronados con nieve blanca como azúcar glas, y los ríos de chocolate caliente fluyen lánguidamente en los inviernos eternos. Pero, entre todo este encanto, algo más extraordinario sucede. Este es el hogar de Santa Claus, y hoy, un día antes de su viaje anual, se encuentra en un aprieto.
Santa, de barba blanca, de mejillas rosadas, y ojos chispeantes, está en su taller, rodeado de duendes afanados, y renos impacientes. LiLA, una alegre muchacha de 19 años, de cabello color fuego que contrasta con la nieve de su hogar, es su ayudante más prominente.

Capítulo 2: "El desafío de la Navidad"

"LiLA", dijo Santa, su voz sonaba preocupada. "El reno Rudolph está enfermo. Temo que no pueda guiar mi trineo esta noche."
LiLA miró a Rudolph y suspiró al ver a su amigo enfermo. Pero en sus ojos brillantes, Santa vio la determinación. No dejaría que nada arruinará la Navidad. "Santa, encontraré la manera de hacer que Rudolph se sienta mejor", prometió.
Trabajaron juntos durante todo el día, LiLA aplicando remedios caseros y Santa ayudando a los duendes a terminar los regalos. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, Rudolph no mejoró. La desesperación se apoderó de ellos.

Capítulo 3: "El milagro de la Navidad"

Con el tiempo agotándose, LiLA tuvo una idea. Corrió al jardín de flores de invierno y recogió la Flor de la Estrella del Norte, una planta mágica que solo florece en vísperas de Navidad. Preparó una poción para Rudolph.
"Debes ser sincero, Rudolph," instó LiLA, "¿Cómo te sientes realmente?" Rudolph admitió su miedo al fracaso, su honestidad hizo que la poción brillara y Rudolph se sintiera mejor. Su nariz roja volvió a brillar con su antiguo resplandor.
LiLA y Santa sintieron un renovado entusiasmo mientras se embarcaban en su viaje, repartiendo regalos y alegría a los niños de todo el mundo.

Capítulo 4: "El recuerdo de una Navidad"

Al amanecer, volvieron al Polo Norte. Los abetos susurraban el cuento de su victoria, y el jardín de invierno estaba en plena floración, una señal de su éxito. LiLA y Santa se sentaron frente al fuego, sus corazones llenos de felicidad y gratitud.
Esa noche, mientras se acomodaban en sus sillas, Santa miró a LiLA y sonrió, "Gracias, LiLA. Has salvado la Navidad." LiLA sonrió y se encogió de hombros, "Solo fui honesta, Santa."
Y así, esa Navidad, aparte de las risas y los regalos, todos aprendieron una simple lección: la honestidad siempre brilla, incluso a través de la más oscura tormenta de invierno.

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