Historia para Flora & Lucas

En el reino nevado de Jardín de infancia, el Rey Orgulloso, poseedor de interminables riquezas y dominios, preparaba majestuosas celebraciones de Navidad. Sin embargo, solo invitaba a los nobles y sus egoístas amigos. Dos niños, Flora, de 12 años, y su hermano mayor Lucas, de 13 años, observaban los fastuosos preparativos con ojos llenos de tristeza.

Flora, con su cabello rubio y ojos repletos de esperanza, era una niña curiosa y llena de vida. Lucas, alto y moreno, era conocido por su gran corazón y valentía. Ambos siempre habían soñado con una Navidad que pudieran compartir con todos, no solo con los ricos, y anhelaban un cambio en su reino.

Cierta noche, mientras observaban las estrellas, apareció ante ellos una luz brillante. Era el Niño Jesús, quien, con una sonrisa calida, les propuso un desafío.

"Podéis cambiar al Rey y así cambiar el mundo", dijo. Sin embargo, debían demostrarle al Rey el verdadero significado de la Navidad, una tarea que parecía imposible pues el Rey Orgulloso era conocido por su corazón endurecido.

Con valentía, los niños aceptaron el desafío. Pasaron los días siguientes planeando, soñando, y trabajando con manos diligentes. Hicieron regalos con lo poco que tenían, adornaron la plaza del pueblo con guirnaldas hechas de pino y holly, y prepararon una celebración de Navidad para todos, ricos y pobres.

Finalmente, llegó el día de Navidad. Los niños invitaron al Rey a su humilde celebración. Él se rió al principio, pero después de mucho insistir, finalmente accedió, aunque con su orgullo intacto.

La fiesta fue diferente a cualquier otra en Jardín de infancia. Había risas y alegría, canciones y bailes, y todos compartían la comida como una gran familia. El Rey vio la felicidad en los rostros de sus súbditos, sintió el calor de la comunidad y vio la belleza en la humildad.

Sin embargo, el verdadero cambio vino cuando Flora y Lucas le dieron al Rey su regalo, una pequeña figura de madera del Niño Jesús. Al verla, el Rey sintió un amor y una compasión que nunca había experimentado antes.

Después de esa noche, el Rey Orgulloso ya no fue el mismo. Se convirtió en un líder amoroso y humilde, y desde entonces, la Navidad en Jardín de infancia se celebró como un banquete para todos, ricos y pobres.

Flora y Lucas, con sus corazones llenos de alegría, recordaron las palabras del Niño Jesús. Ellos habían sido el cambio que querían ver en el mundo, y su reino nunca volvería a ser el mismo.

"¿Ves, Lucas?" Dijo Flora, sonriendo a su hermano. "Sí, Flora", respondió Lucas, "La Navidad realmente es para todos." Y esa noche, bajo la misma estrella brillante, el reino de Jardín de infancia durmió en la paz y la alegría de una verdadera Navidad.