Historia para Dorian
Título de la historia: "El árbol sabio"

Capítulo 1:
Dorian era un niño muy curioso. Un día, mientras jugaba en el bosque, vio algo que llamó su atención. Era una casa pequeña hecha de pan y dulces.

"¡Mira, mamá! ¡Una casita hecha de dulces!", dijo Dorian emocionado.
Pero su mamá, sabia como era, le advirtió que no se acercara. Le dijo que era peligroso y que podía haber alguien malvado dentro.
Dorian se sintió triste, pero decidió obedecer a su mamá. Entonces, empezó a caminar de regreso a casa.
Pero mientras caminaba, notó algo extraño. De repente, escuchó una voz suave y amistosa que venía de un árbol cercano.

"Niño, no te vayas. Ven y habla conmigo", dijo el árbol.
Dorian se asustó un poco, pero decidió acercarse al árbol. Cuando llegó allí, se sorprendió al ver que el árbol tenía una cara amable y sonriente.
"¿Quién eres?", preguntó Dorian.
"Soy un árbol sabio, y he visto que estabas interesado en la casa de dulces. Pero tu mamá tenía razón, no debes acercarte", dijo el árbol.
Dorian se dio cuenta de que el árbol sabía todo acerca de él y se sintió un poco incómodo. Pero el árbol siguió hablándole.
"Escucha, niño. Quiero enseñarte algo importante. La próxima vez que quieras hacer algo, escucha lo que te dice tu mamá. Me entenderás más tarde", dijo el árbol.
Dorian no estaba seguro de qué quería decir el árbol, pero decidió prestar atención. Se despidió del árbol y volvió a casa para contarle a su mamá lo que había aprendido.
A partir de ese día, Dorian comenzó a escuchar más a su mamá y a hacer caso de sus consejos. El árbol sabio siempre lo estaba observando, asegurándose de que Dorian hiciera lo correcto.
Y así, Dorian aprendió una lección importante gracias al árbol sabio.
Capítulo 2:
Un día, Dorian decidió ir a buscar al árbol sabio para preguntarle algo importante. Mientras caminaba por el bosque, se encontró con Hansel y Gretel, los hermanos que alguna vez descubrieron la casita de dulces.
"¿A dónde van?", preguntó Dorian.
"Estamos buscando un tesoro escondido en el bosque", respondió Hansel.
"¡Eso suena divertido! ¿Puedo venir con ustedes?", preguntó Dorian emocionado.
"¡Por supuesto!", dijo Gretel.
Los tres niños se adentraron en el bosque, siguiendo un mapa que les llevaría al tesoro. Pero a medida que se acercaban, se dieron cuenta de que algo andaba mal. Había un grupo de lobos hambrientos que les bloqueaban el camino.
"¡Oh no! ¿Qué hacemos?", preguntó Dorian.
Hansel y Gretel trataron de asustar a los lobos, pero no se movieron. Fue entonces cuando Dorian recordó lo que el árbol sabio le había enseñado sobre escuchar.
"Esperen, tal vez deberíamos escuchar lo que quieren decir", dijo Dorian.
Los tres niños se acercaron a los lobos y escucharon lo que tenían que decir. Resultó que los lobos estaban hambrientos y necesitaban comida desesperadamente.
Hansel, Gretel y Dorian se miraron entre sí, sabiendo que debían ayudar. Decidieron compartir la comida que llevaban en sus mochilas con los lobos, y los lobos agradecidos, les permitieron pasar.
Finalmente, los niños encontraron el tesoro y lo dividieron entre ellos. Mientras volvían a casa, Dorian se dio cuenta de que la lección que aprendió del árbol sabio sobre escuchar también se aplicaba a los demás.
"¡Eso fue increíble! Nunca pensé que escuchar a los demás podría ayudarnos a resolver problemas", dijo Dorian.
"Hay muchas lecciones que aprender en el bosque", respondió Gretel.
Y así, Dorian, Hansel y Gretel regresaron a casa más sabios y felices, gracias a su aventura en el bosque y la sabiduría del árbol sabio.
Al llegar a casa, los niños se encontraron con sus padres, quienes notaron lo felices que estaban. Querían saber todo sobre su día en el bosque, y los tres niños contaron todas sus aventuras.
Mientras le contaban a sus padres sobre las lecciones que aprendieron del árbol sabio y cómo ayudaron a los lobos hambrientos, se dieron cuenta de que sus padres también tenían historias y sabiduría para compartir con ellos.
Los niños se dieron cuenta de que escuchar a los demás no solo era útil en el bosque, sino también en casa. Había mucho que aprender de los demás y muchos problemas que podrían resolverse si simplemente escuchaban y hablaban con calma y respeto.
Desde entonces, Dorian, Hansel y Gretel practicaron lo que habían aprendido y se convirtieron en excelentes oyentes y buenos amigos. Cada vez que iban al bosque, visitaban al árbol sabio y compartían sus historias y aventuras con él.
Y así, vivieron felices para siempre, siempre recordando la importancia de escuchar y aprender de los demás.