Historia para Sami y juli

Título: Rapunzel y su mundo de colores

Había una vez una joven llamada Rapunzel que vivía en una torre alta y solitaria en medio del bosque. Su larga cabellera dorada la mantenía prisionera en lo alto, sin poder bajar al suelo y explorar el mundo que se extendía más allá de su pequeña ventana.
Pero Rapunzel tenía una habilidad especial. En las noches, cuando cerraba los ojos, su mente se llenaba de imágenes vívidas y vivaces, como si pudiera ver el mundo entero desde su puntito de vista. Con el tiempo, aprendió a plasmar estos sueños en cuadernos y lienzos con pinturas; bosques profundos, mares azules, montañas majestuosas y cielos anaranjados.
Un día, mientras creaba una pintura de un río tranquilo, estiró su mano y sintió la brisa fresca en la punta de sus dedos. Sorprendida, se asomó por la ventana y se dio cuenta de que su cabello se había extendido y llegaba hasta la base de la torre. Ahora tenía la oportunidad de bajar y explorar el mundo real.
Llena de entusiasmo, Rapunzel se preparó para su gran aventura. Pero antes de partir, recordó que tenía una tarea importante por hacer. Con sus lienzos, pinceles y colores, pintó un mural enorme en el interior de la torre; un paisaje lleno de vida y color que hacía que el espacio pareciera más grande y hermoso.
Finalmente, bajó al suelo y empezó su exploración. Caminó por bosques y praderas, trepó montañas y recorrió campos dorados. Todo lo que veía, lo plasmaba en su libreta con trazos ágiles y precisos, creando una colección de historias visuales con su toque personal.
Pero pronto llegó el momento de volver a casa, y Rapunzel lo hizo con una sensación de satisfacción y felicidad en su corazón. Cuando volvió a la torre, se dio cuenta de que el mural que había pintado cobraba vida; las aves piaban y los árboles parecían moverse con la brisa. Mirando con asombro, se dio cuenta de que su pintura había adquirido el poder de la imaginación.
Rapunzel rió de alegría mientras se recostaba en su cama, satisfecha de haber vivido una gran aventura y de haber descubierto su talento. Mientras se dormía, su cabello dorado volvió a recuperar su lugar en lo alto de la torre, esperando ansioso por la siguiente ocasión en que ella quisiera bajar y explorar el mundo fuera de sus sueños.
Sin embargo, la próxima vez que intentó bajar, descubrió un problema inesperado. Sami y Juli, dos niños que vivían cerca del bosque, la vieron bajar y se acercaron corriendo a saludarla. Encantados por la presencia de la joven en su bosque, comenzaron a hacerle preguntas y contarle historias sobre sus vidas. Rapunzel estaba emocionada por conocer nuevos amigos y escuchar sus relatos, pero se dio cuenta de que no sabía cómo explicarles su situación. ¿Cómo les diría que había vivido sola en una torre durante años, sin interactuar con nadie más allá de sus sueños y sus pinturas?
Mientras hablaba con los niños, Rapunzel empezó a experimentar una sensación de vergüenza y temor. ¿Qué pensaría este extraño par de ella? ¿Cómo la juzgarían si les contaba su historia? Finalmente, decidió que la mejor opción era no decir nada, y simplemente seguir charlando con ellos sobre sus vidas y sus intereses.
Pero esa noche, mientras dormía, tuvo un sueño extraño y perturbador. Se encontró a sí misma encerrada en la torre de nuevo, sin saber cómo había vuelto allí. Mientras caminaba por la habitación, tratando de encontrar una salida, notó que su mural había cambiado; los colores eran oscuros y tristes, y las imágenes eran grotescas y amenazantes. De repente, se dio cuenta de que no estaba sola en la habitación; había alguien, o algo, allí con ella.
Despertó de un salto, sudando y temblando. Sabía que tenía que hacer algo para enfrentar su miedo y su vergüenza, y decidió que la respuesta era hablar con Sami y Juli sobre su vida en la torre. Al día siguiente, cuando los niños la visitaron de nuevo, decidió abrirse y contarles su historia.
Para su sorpresa, Sami y Juli no la juzgaron en absoluto. En cambio, la abrazaron y le dijeron que sentían orgullo de haber hecho de la torre su hogar durante tanto tiempo. Le contaron historias sobre las suyas, y le dijeron que, aunque parecían diferentes, en realidad tenían mucho en común.
Al final del día, Rapunzel se sintió más libre y más feliz de lo que había sido en mucho tiempo. Se dio cuenta de que sus sueños y sus pinturas eran importantes, pero que no eran lo único importante; la amistad y la conexión también lo eran. Ahora, cada vez que bajaba de la torre para explorar el mundo real, lo hacía con la seguridad de que había dos amigos maravillosos esperándola, dispuestos a escuchar sus historias y compartir las suyas propias.
Con el tiempo, Sami y Juli se convirtieron en los mejores amigos de Rapunzel. Juntos, exploraron el bosque y descubrieron todos sus secretos. Rapunzel les enseñó cómo pintar y les mostró las imágenes de sus sueños. Los niños, a su vez, le enseñaron a Rapunzel cómo atrapar luciérnagas y a hacer coronas de flores.
Un día, mientras estaban jugando cerca de un arroyo, Sami y Juli notaron que el cabello de Rapunzel era largo y hermoso. Le preguntaron si podían peinarlo, y Rapunzel aceptó encantada. Los niños trenzaron su cabello, lo decoraron con flores y la coronaron con una diadema de hojas. Rapunzel se veía hermosa, pero lo más importante era que se sentía feliz.
A medida que crecía la amistad entre los tres, Rapunzel comenzó a darse cuenta de que su vida había cambiado para siempre. Había dejado la torre y había encontrado dos amigos que la amaban por quien era, sin importar de dónde venía o qué le había sucedido en el pasado. Juntos, habían descubierto la importancia de la imaginación y la amistad, y habían aprendido que no importaba cuánto tiempo habías estado solo, siempre había una forma de encontrar la felicidad.
En un día hermoso, Sami y Juli invitaron a Rapunzel a explorar una nueva parte del bosque que habían encontrado. A medida que caminaban, cantaban y reían juntos, Rapunzel se dio cuenta de que nunca había sido tan feliz en su vida. Se detuvieron a descansar en un claro, y Sami sacó una manta y algunos bocadillos de su mochila. Después de disfrutar de su almuerzo, Sami señaló hacia el cielo.
-" ¡Miren!", dijo. "¡Qué hermoso es el cielo hoy! ¡Me encantaría tener una pintura de él!".
En ese momento, Rapunzel supo exactamente lo que tenía que hacer. Cerró los ojos y comenzó a imaginar el cielo más hermoso que pudiera. Colores brillantes llenaron su mente, y mientras los veía en su cabeza, comenzó a pintarlos en su lienzo. Abrió los ojos cuando terminó, y vio que Sami y Juli la estaban mirando con asombro.

-"¡Eres una artista increíble!", dijo Juli.

-"¡Sí! ¡Nunca había visto algo así en mi vida!", agregó Sami.

Rapunzel sonrió al escuchar sus elogios. Sabía que lo que había creado no era solo una obra de arte, sino también un recordatorio de todo lo que había aprendido en su viaje: la importancia de la imaginación, el valor de la amistad y la belleza del mundo que la rodeaba.
Con sus nuevos amigos a su lado, Rapunzel se dio cuenta de que había encontrado su camino en el mundo. Ya no estaba sola en la torre, sino en el bosque, rodeada de seres queridos que la amaban por quien era, sin importar de dónde venía o qué había sucedido en el pasado. Y aunque no podía predecir lo que el futuro le depararía, sabía que, con su imaginación, su amistad y su arte, siempre encontraría una forma de encontrar la felicidad.

Sé el
protagonista
de tu
propia historia

Vertical Line
Download on the App StoreGet it on Google Play