Pollo era un perro muy curioso y aventurero. Desde que era un cachorro, soñaba con viajar por el espacio. Ahora, con 2 años de edad, por fin había cumplido su sueño y se había convertido en un astronauta.

Un día, mientras Pollo estaba en la base espacial, recibió una misión muy peligrosa. Tenía que navegar a través de un campo de asteroides para llegar a un planeta cercano y recoger una muestra de roca especial.

"Pollo, esta es una misión muy peligrosa." Le dijo el comandante. "Pero sé que eres valiente y puedes hacerlo."

Con su traje espacial bien puesto y su nave espacial lista para partir, Pollo se dirigió al espacio. Mientras se acercaba al campo de asteroides, su nave comenzó a tambalearse. Los asteroides flotaban en todas direcciones y Pollo tenía que maniobrar con cuidado para evitar chocar contra ellos.

Pero de repente, un asteroide gigante se interpuso en su camino. Pollo intentó esquivarlo, pero fue demasiado tarde. La nave chocó y se sacudió violentamente.

La nave comenzó a caer hacia el planeta desconocido. Pollo estaba atrapado dentro sin poder escapar. Todo parecía perdido, pero Pollo recordó la lección que siempre le enseñaba su padre: nunca te rindas.

Mientras la nave caía, Pollo encontró la solución. Con un esfuerzo sobrehumano, logró activar el propulsor de emergencia y la nave se levantó en el aire. Pollo voló hacia el planeta y aterrizó con seguridad.

Pollo había atravesado el campo de asteroides más peligroso del universo y había sobrevivido. Estaba listo para cualquier misión que se le presentara a partir de ahora. Y todo gracias a la lección que aprendió: nunca te rindas.

Pollo se bajó de la nave y comenzó a caminar por el planeta desconocido. Todo era extraño y nuevo a su alrededor. La tierra era de un color rojo oscuro y había extrañas rocas en todas partes. Pollo no estaba seguro de qué buscar, pero sabía que tenía que encontrar la muestra de roca especial para completar su misión.

Mientras caminaba, Pollo escuchó un extraño sonido. Como un rugido. Asustado, Pollo buscó el origen del sonido. Fue entonces cuando lo vio: una enorme criatura se acercaba a él.

Pollo se asustó. Nunca había visto algo así antes. La criatura tenía un pelaje rojo y una boca llena de dientes afilados. Se acercaba rápidamente a Pollo, y el perro sabía que tenía que hacer algo rápido.

"No puedo rendirme ahora", pensó Pollo, recordando la lección que aprendió en su misión anterior.

Así que, valientemente, Pollo sacó su herramienta multiusos y apuntó hacia la criatura. La criatura se detuvo en seco y miró a Pollo con curiosidad. Entonces, sin previo aviso, la criatura comenzó a hablar.

"Estoy buscando una muestra de roca especial para llevar de regreso a mi base espacial", explicó Pollo.

"Te ayudaré a encontrar la muestra de roca especial", dijo la criatura. "Está cerca de aquí".

Pollo se sorprendió. No esperaba que la criatura fuera amistosa. Pero estaba agradecido por su ayuda.

Juntos, Pollo y la criatura buscaron la muestra de roca especial. Finalmente, la encontraron y Pollo la recogió cuidadosamente.

La criatura sonrió y asintió con la cabeza. Pollo se subió a su nave espacial y voló de regreso a su base espacial. Había cumplido su misión gracias a la lección que aprendió: nunca te rindas. Y también había aprendido que, a veces, un amigo inesperado puede llegar a ser un gran ayuda.

El regreso a la base espacial fue emocionante para Pollo. Estaba feliz de haber encontrado la muestra de roca especial y se alegraba de haber hecho un nuevo amigo en el planeta desconocido. Sin embargo, al llegar a la base espacial, Pollo se dio cuenta de que algo andaba mal.

La nave espacial comenzó a temblar violentamente y las luces comenzaron a parpadear. Pollo rápidamente revisó los sistemas de la nave y descubrió que algo se había dañado durante su viaje de regreso.

"¡Tengo que arreglar esto!", pensó Pollo, sintiendo la desesperación. "¡No puedo rendirme ahora!"

Así que, utilizando su herramienta multiusos, Pollo trabajó duro para reparar la nave espacial. Fue un trabajo difícil, pero finalmente lo logró. La nave espacial estaba lista para volar de nuevo.

Antes de partir, Pollo se dio cuenta de que la criatura del planeta desconocido había dejado un mensaje de agradecimiento en la nave espacial.

"Gracias por ser un amigo valiente y amable", decía el mensaje. "Siempre estaré aquí para ayudarte si me necesitas".

Pollo sonrió. Sabía que había hecho un nuevo amigo para siempre. Con su nave espacial reparada, Pollo despegó hacia su próximo destino, listo para afrontar cualquier reto que pudiera venir en su camino. Nunca se rendiría y sabía que siempre habría amigos dispuestos a ayudarlo. ¡El fin!