Historia para Isa & Gaby
# **Los Guardianes del Tiempo**

### Capítulo 1: La Llamada del Destino
Era un día soleado en el tranquilo pueblo de Glimmerwood. Los árboles danzaban con el viento, y las flores resplandecían como joyas. Isa, una pequeña unicornio de diez años con una melena que reflejaba todos los colores del arcoíris, estaba sentada bajo su árbol favorito, dibujando un paisaje de estrellas y galaxias. Los trazos de su lápiz parecían cobrar vida, como si cada estrella en el papel quisiera saltar hacia el cielo.
—Isa, ¡hueles a pintura y a sueños! —exclamó Gaby, su mejor amiga, que era un dragón ligero de siete años. Con sus escamas que brillaban como el oro bajo el sol, Gaby tenía una chispa traviesa en sus ojos—. ¡Mira lo que hice!
Gaby extendió sus alas y dejó caer un puñado de rompecabezas en el suelo. La imagen de un dragón volador comenzó a formarse.
—¡Eso es impresionante, Gaby! —gritó Isa, emocionada. —Podríamos hacerlo más grande, como un mural para la escuela.
Justo en ese momento, un destello de luz iluminó el rincón donde estaban jugando. Una figura elegante, vestida con una larga capa plateada, se materializó ante ellas. Era el detective zeitgeist, un viajero del tiempo famoso por resolver misterios que tocaban las fibras del universo.
—¡Isa, Gaby! —dijo el detective, con una voz profunda y resonante—. Necesito de su ayuda. El tiempo está en peligro.
Isa y Gaby se miraron, llenas de asombro. Las mariposas en el estómago de Isa revoloteaban con fuerza.
—¿Peligro? —preguntó Isa, dejando su dibujo a un lado—. ¿Qué podemos hacer nosotras?
—Un villano ha encontrado la manera de alterar eventos cruciales en la historia —continuó el detective—. Si no lo detenemos, el mundo tal como lo conocemos podría desvanecerse. Necesito que viajen a diferentes momentos en el tiempo y restauren lo que él ha cambiado.
—¡Eso suena emocionante! —gritó Gaby, sus alas vibrando de alegría—. ¿Podemos volar entre los siglos?
—Exactamente —respondió el detective—. Pero antes de eso, deben entender la importancia del respeto. Cada acción que realicen tendrá un impacto en el futuro. Confíen en el poder de su amistad.
Isa asintió, sintiendo el peso de la responsabilidad que esto conllevaba. Tenía que conseguir que el mundo siguiera girando.
—¿Cuándo comenzamos? —preguntó Gaby, sus ojos brillando como el helado en un día caluroso.
—Ahora mismo —dijo el detective. Alzó su mano, y un portal de luz brillante apareció ante ellas. El aire estaba impregnado de fragancia a aventura, arte y ciencia.
Isa miró hacia atrás, el corazón latiendo con rapidez. Quería compartir este momento con su familia. Corrió a casa, donde su abuelo Pepe leía el periódico y su madre Cecy cocinaba algo delicioso.
—¡Mamá, abuelito! —gritó, emocionada—. ¡Voy a viajar por el tiempo!
El abuelo Pepe levantó la vista con una sonrisa.

—Cuéntame, Isa. ¿Cómo te convertirás en una viajera del tiempo?
—¡Con Gaby y un detective! —dijo Isa, incapaz de contener su emoción. —Vamos a salvar la historia.
—Asegúrate de mostrar respeto por lo que encuentren. El pasado es un lugar sagrado —recomendó su abuelo.
Isa sonrió, sintiendo una calidez en su corazón. Sabía que las palabras de su abuelo eran sabias.

—Nosotros seremos respetuosos, ¿verdad, Gaby? —preguntó ella.
—¡Por supuesto! —respondió Gaby, llenando el aire de energía—. ¡No quiero que el mundo se apague!
Ambas amigas se miraron, listas para emprender su misión. Con una última mirada a su hogar y a su familia, saltaron a través del portal. La luz las envolvió, llevándolas a un mundo donde la historia aguardaba ser escrita.
La aventura apenas comenzaba y la promesa de descubrimientos brillaba en sus corazones.
**Fin del capítulo 1.**

### Capítulo 2: El Torbellino del Tiempo
Las luces del portal estallaron en mil colores, y cuando Isa y Gaby abrieron los ojos, se encontraron en un vasto campo de flores multicolores extendiéndose hasta donde alcanzaba la vista. El cielo era de un azul profundo y despejado, y el aire estaba cargado con el aroma dulce de las flores. En el horizonte, un castillo de cristal relucía.
—¿Dónde estamos? —preguntó Gaby, sus escamas brillando mientras miraba a su alrededor con curiosidad.
—Parece que hemos llegado al Renacimiento. —respondió el detective, emergiendo de las sombras—. Aquí es donde se encuentran algunos de los mayores artistas de la historia: Leonardo da Vinci y Miguel Ángel.
Isa sonrió, pensando en sus libros de arte. Pero la alegría se desvaneció al recordar la misión.
—¿Cómo vamos a encontrar al villano? —preguntó Isa, inquieta, mientras se ajustaba su diadema brillante.
—Debemos buscar una pista en la Galería de Arte del castillo. —dijo el detective—. Allí se rumorea que alguien está intentando robar una obra maestra de Da Vinci.
Las tres figuras avanzaron entre las flores, con cada paso lleno de emoción. Al llegar al castillo, notaron un bullicio alrededor de una entrada. Cuando se acercaron, vieron a una multitud admirando una pintura famosa: "La Última Cena".

De repente, un grito rompió la atmósfera alegre.
—¡Alguien ha robado la pintura! —exclamó un guardia, mientras la multitud comenzaba a entrar en pánico.

Isa y Gaby se miraron, listas para actuar.
—¡Debemos encontrar la pintura! —dijo Gaby con determinación, sus alas extendidas listas para volar.
Isa asintió, pero antes de que pudieran avanzar, un regalo envuelto apareció mágicamente en el suelo frente a ellas, haciendo que el aire chispeara de emoción.
—¿Qué es eso? —preguntó Isa, agachándose para examinar el regalo.

—No lo sé, pero deberíamos abrirlo. —dijo Gaby, con los ojos brillantes.
Cuando abrieron el regalo, encontraron un extraño dispositivo que parecía un reloj con engranajes que giraban y luces que parpadeaban.

—¡Es un cronómetro! —exclamó Gaby—. Podría ayudarnos a rastrear al ladrón.
—¡Buena idea! —respondió el detective—. Aunque debemos tener cuidado. El ladrón podría estar usando este mismo dispositivo para escapar.
Sin más preámbulos, pulsaron un botón en el cronómetro, y justo en ese instante, un torbellino de energía las envolvió y, de repente, se encontraron en un oscuro callejón detrás del castillo.

—¿Qué pasó? —gritó Gaby, mirando a su alrededor, asustada.
—Parece que hemos sido transportadas aquí por el ladrón. —dijo Isa, mirando el cronómetro que aún parpadeaba en sus manos.
Entonces, a sus espaldas, escucharon una risa burlona. Se dieron vuelta y vieron a un hombre de capa negra con un sombrero de ala ancha. Su rostro era una sombra, pero sus ojos destilaban maldad.
—¿Creían que podrían detenerme? —dijo el villano—. He viajado a través del tiempo para apoderarme de las obras maestras y moldear la historia a mi antojo.

Isa sintió que su corazón latía con fuerza. Tenían que actuar rápido.
—¡No podrás hacerlo! —gritó Isa, inflando su pecho de valor—. La historia es un regalo que debe ser respetado.
—¿Respetado? ¡Ja! —se rió el villano—. Solo los poderosos tienen voz en la historia.

Gaby, quien permanecía a un lado, recordó las enseñanzas de su abuelo.
—¡Pero somos nosotros, los niños, quienes podemos cambiar el mundo! —dijo con firmeza—. Si no respetas a los demás, nunca serás realmente poderoso.

Un silencio pesado llenó el aire. El villano parecía dudar.
Isa aprovechó el momento y presionó el botón del cronómetro. Una luz brillante surgió y envolvió al villano, llevándolo lejos, a una dimensión donde no podría hacer daño.
—¡Lo logramos! —gritó Gaby, su voz llena de alegría.
—Pero aún no hemos terminado. Debemos regresar y restaurar la pintura. —dijo el detective, guiándolas de vuelta al castillo.
Cuando llegaron, la Galería estaba llena de colores vibrantes. La pintura de "La Última Cena" había sido colocada de nuevo en su lugar. Los artistas y la multitud aclamaron su valentía.
Isa sonrió, pensando en la lección aprendida.
—Este mundo es hermoso porque cada uno aporta algo especial. —dijo con una voz suave, mirando a Gaby.
—¡Sí! —respondió Gaby—. Y siempre debemos respetar eso.
Mientras el sol ponía su manto dorado sobre el Renacimiento, las tres figuras se sintieron felices. Habían salvado un momento crucial en la historia, pero más importante aún, habían aprendido que el respeto por los demás era la verdadera clave para ser héroes.
**Fin del capítulo 2.**
### Capítulo Final: El Regreso Triunfal
De regreso al presente, Isa y Gaby emergieron del portal temblando de emoción. En un abrir y cerrar de ojos, se encontraron en el acogedor salón de la casa de Isa, donde el aroma del arroz con pollo de su madre, Cecy, llenaba el aire. Todo parecía tan normal, como si el viaje a través del tiempo hubiera sido solo un sueño.
—¿Lo logramos de verdad? —preguntó Gaby, con los ojos brillando como sus escamas cuando se iluminaban.
—¡Lo hicimos! —exclamó Isa, sonriendo de oreja a oreja—. ¡El villano no podrá alterar la historia!
Justo entonces, la puerta se abrió de golpe y entró su hermana, Elo, con un montón de libros en las manos.
—¡Isa! ¡Gaby! ¡No se imaginan lo que encontré en la biblioteca! —gritó, emocionada.
—¿Un libro sobre viajes en el tiempo? —bromeó Gaby, ríendo.
Pepe, el abuelo de Isa, apareció en la cocina con un sombrero de chef y un gran plato de helados.
—¿Alguien quiere helado? —preguntó, sonriendo—. Me avisan cuando terminen de jugar, pero no se olviden de que también hay que ayudar a mamá a poner la mesa.
Mientras todos se reunían en la mesa, Isa y Gaby se intercambiaron miradas cómplices. En el fondo, sabían que sus corazones seguían latiendo al ritmo de sus aventuras.
—¿Qué tal si contamos lo que sucedió? —sugirió Gaby.
—¡Sí! —respondió Isa, con entusiasmo—. Un héroe debe compartir sus historias, ¿verdad?
Elena, la amiga de Isa, entró justo a tiempo para escuchar la conversación.
—¿De qué hablan? —preguntó, intrigada.
—¡De un viaje épico a través del tiempo! —dijo Gaby, sus alas brillando con emoción.
—¿Viajes en el tiempo? —repitió Elena, con los ojos bien abiertos. Esa reacción instantáneamente las llevó a todas a reír. Pequeñas aventuras, como sumergirse en el mundo de los rompecabezas, parecían tan simples después de todo lo que habían vivido.
Mientras todos disfrutaban de un delicioso helado, Isa tomó un momento para reflexionar. En su corazón, sabía que el respeto y la amistad eran los verdaderos tesoros de su aventura.
—Oigan —dijo, levantando su cuchara—. A veces, los héroes no son solo figuras en las historias, sino nosotros, todos juntos, apoyándonos. Respetando a los demás.
—¡Eso es! —asintió Gaby con entusiasmo—. Todos tenemos algo especial que aportar.
Pepe, siempre sabio, se unió a la conversación.
—Así es, mis queridas. La historia la escriben aquellos que son valientes, pero también los que son amables y respetuosos. Cada uno de ustedes tiene el poder de hacer el bien, no solo en sus aventuras, sino también en su día a día.
Isa miró a su familia y amigos, sintiendo el calor de su hogar, y supo que esa era su misión: respetar a los demás, valorar cada momento, y siempre ser un héroe en su propia historia.
Con una sonrisa, levantó su helado en un brindis.
—¡Por la amistad, la aventura y el respeto! —gritó.
—¡Por la amistad! —respondieron todos, levantando sus cucharas.
Y así, rodeadas de risas, helados y amor, las pequeñas heroínas celebraron su triunfo, no solo sobre un villano, sino sobre la falta de respeto. En un rincón del mundo, donde la historia vibraba con colores intensos, la verdadera magia era la que compartían con los demás.