Historia para Alice

En el brillante y colorido Reino del Arco Iris, habitado por criaturas mágicas y naturaleza esplendorosa, vivía una pequeña unicornio llamada Alice. Era una princesa, cuya melena destellaba todas las tonalidades del arco iris y cuyo ingenio igualaba su deslumbrante esplendor. Alice, con tan solo siete años, sentía una curiosidad insaciable por el mundo que la rodeaba, y le fascinaban especialmente los unicornios.

El Reino del Arco Iris era un lugar de pureza y alegría, regido por la bondad y la compasión. Sus habitantes, desde las mariposas de cristal hasta los gigantes felinos acolchados, vivían en harmonía. Sin embargo, a pesar de su belleza, el Reino del Arco Iris estaba plagado de miedo. Una criatura maligna, conocida como la Bestia de la Sombra, amenazaba la tranquilidad del reino.

Una noche, la Bestia de la Sombra apareció en el castillo, desafiando a la valiente Alice. Alice, a pesar de ser una princesa, estaba decidida a proteger su hogar y a sus amigos.

"Vete de aquí, Bestia de la Sombra", dijo Alice, su voz sonaba firme a pesar del miedo que sentía.

Sin embargo, la Bestia se retorcía y gruñía, ignorando las palabras de Alice. En un giro inesperado, la Bestia desafió a Alice a un duelo de ingenio. Si Alice ganaba, la Bestia abandonaría el Reino del Arco Iris para siempre, pero si perdía, la Bestia permanecería en el reino hasta que brille la próxima luna azul.

A través de su ingenio y valentía, Alice se enfrentó a la Bestia. A pesar de los trucos y enigmas complejos que lanzaba la Bestia, Alice perseveró, usando su amor por los unicornios y los conocimientos que había adquirido de ellos.

"Sabes, Bestia, los unicornios nos enseñan a ser amables y fuertes, en ti solo veo fuerza pero ninguna bondad. Quizás eso es lo que te hace realmente aterrador", dijo Alice. Su declaración dejó una influencia tan profunda en la Bestia, que reveló su verdadero yo. Era un dragón que había sido malentendido y temido.

Sumida en la comprensión, Alice extendió una mano amiga al dragón. "Todo lo que necesitas es un poco de amabilidad", dijo.

Conmovido por la amabilidad de Alice, el dragón se disculpó y prometió nunca más aterrorizar al Reino del Arco Iris. En agradecimiento y alegría, el Reino celebró el heroísmo de Alice y el reencuentro de su nuevo aliado.

Alice demostró que incluso las criaturas más temidas pueden cambiar con un poco de amabilidad. A su tierna edad, la princesa unicornio había aprendido una valiosa lección: ser siempre amable, sin importar a quién se tenga en frente. La pequeña princesa unicornio había salvado su reino no con la espada, sino con palabras de comprensión y una bondad sin límites.