Historia para Salome

Título: La noche de las estrellas brillantes

Capítulo 1:

Salome estaba emocionada por pasar su última tarde en el jardín de su casa con su familia antes de ir a dormir. Sabía que la señora Marie Curie estaría allí, y ella siempre hacía cosas divertidas con los niños. Salome no podía esperar para ver qué iba a pasar hoy.
Cuando llegó al jardín, vio que había muchas otras niñas y niños allí. La señora Curie estaba en el centro del jardín con un montón de cosas extrañas a su alrededor. ¡Era una fiesta de la ciencia! Salome no podía creer su suerte. Se acercó a la señora Curie, que sonrió y le preguntó cómo estaba.

"¡Estoy muy emocionada!", dijo Salome.

La señora Curie le mostró un montón de cosas interesantes, como tubos de ensayo llenos de líquidos de colores y un cuaderno con dibujos de cosas extrañas.

"¿Te gustaría hacer algo divertido?", preguntó la señora Curie.

Salome asintió emocionada.

"Vamos a hacer un experimento", dijo la señora Curie. "Mira este tubo de ensayo lleno de líquido azul. ¿Qué crees que pasará si pongo este otro líquido en el tubo?"
Salome observó mientras la señora Curie añadía un líquido amarillo al tubo. De repente, el líquido se volvió verde y comenzó a cambiar de color. Salome no podía creer lo que veía.

"¡Eso es tan genial!", exclamó Salome.

Las demás niñas y niños estaban también mirando. La señora Curie les enseñó cómo hacer más experimentos y todos se divirtieron mucho jugando con líquidos y colores extraños.
Pero la diversión no se detuvo ahí. Cuando oscureció, la señora Curie les mostró cómo podían ver las estrellas en el cielo nocturno. Les explicó que algunas estrellas eran más brillantes que otras y que si miraban bien, ¡podían ver muchas más estrellas de lo que habían imaginado!
Salome estaba fascinada. Miró hacia el cielo y señaló una estrella que brillaba mucho.

"¡Mira, señora Curie! ¡Esa estrella brilla mucho más que las demás!"

"¡Vaya, tienes buenos ojos, Salome!", dijo la señora Curie. "Esa estrella es muy especial, se llama "Sirio". Es la estrella más brillante en el cielo nocturno".
Salome estaba tan emocionada que no podía esperar a contárselo a sus padres cuando llegara a casa. Esta fue la mejor tarde de su vida, y no podía esperar para volver al jardín con la señora Curie y sus amigos para más experimentos y descubrimientos emocionantes.

Capítulo 2:

Después de esa emocionante noche en el jardín, Salome no podía dejar de pensar en las estrellas y en todo lo que la señora Curie les había enseñado. Ella quería saber más sobre el universo y todas las maravillas que contenía.
Salome comenzó a leer todos los libros que tenía sobre astronomía y ciencia. Aprendió todo sobre las estrellas y los planetas. Se imaginaba viajando a través del espacio y descubriendo nuevos mundos, pero sabía que no podía hacerlo sola.
Un día, Salome preguntó a la señora Curie si podía enseñarles más sobre el universo. La señora Curie sonrió y le dijo que siempre estaba emocionada por enseñar a los niños cosas nuevas sobre la ciencia.
Esa noche, la señora Curie llevó a Salome y a los demás niños en una expedición nocturna para observar las estrellas de nuevo. Pero esta vez, algo extraño sucedió. De repente, una nube densa cubrió el cielo y las estrellas desaparecieron de la vista.
Salome se sintió decepcionada, pero la señora Curie les animó a buscar formas de ver las estrellas, incluso cuando no podían verlas en el cielo. "¡Hay muchas maneras de aprender sobre las estrellas!", les dijo.
Fue entonces cuando la señora Curie les enseñó una técnica ingeniosa: hacer su propia constelación. Los niños debían dibujar las estrellas que recordaban haber visto en el cielo y conectarlas con líneas imaginarias para crear su propia constelación. Todos los niños se pusieron manos a la obra y dibujaron las estrellas más brillantes que podían recordar.
De repente, un rayo de luz iluminó la hoja de Salome y la dejó atónita. Mientras miraba su dibujo, notó que las estrellas parecían formar una figura extraña. Salome siguió dibujando líneas y conectó más y más estrellas. Finalmente, se dio cuenta de que había dibujado una constelación completamente nueva.

"¡Miren lo que hice!" chilló Salome. "¡He creado mi propia constelación!"

La señora Curie tomó la hoja y la observó con asombro. "¡Vaya, Salome! ¡Eso es impresionante! Has creado una constelación completamente nueva."
Todos los niños se reunieron para ver el dibujo de Salome y para celebrar su creatividad. Salome estaba tan emocionada y orgullosa de sí misma por haber creado algo nuevo y emocionante.
Desde ese día en adelante, Salome siempre recordó la noche en que creó su propia constelación y aprendió que siempre hay nuevas cosas por descubrir en el mundo que la rodea. Aprendió que si seguía explorando y descubriendo, podría crear algo totalmente único y sorprendente.
Salome se sintió tan feliz por crear su propia constelación que decidió compartirla con su familia y amigos. Les mostró su dibujo y les contó la increíble historia de cómo lo creó. Todos se sintieron impresionados y felicitaron a Salome por su creatividad y conocimiento sobre las estrellas.
La señora Curie estaba muy orgullosa de Salome y de todos los niños que habían aprendido tanto sobre la ciencia y la astronomía. Decidió organizar otro campamento de ciencias en su jardín, pero esta vez invitó a más niños de la ciudad para unirse.
Salome estaba emocionada por compartir su pasión por la ciencia con otros niños y enseñarles cómo hacer su propia constelación. Fue un gran éxito y todos se divirtieron aprendiendo juntos.
Después de ese campamento de ciencias, algunos niños se interesaron mucho más por la ciencia y la astronomía. Algunos incluso decidieron estudiar ciencias en la universidad más adelante.
Salome estaba muy contenta de haber ayudado a inspirar a otros a interesarse en la ciencia y la astronomía, y siempre recordaría la noche en que creó su propia constelación con la ayuda de la señora Curie.

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