Historia para Annette

Título: La Princesa Perro

Capítulo 1: La maldición del anillo

Annette era una perrita muy especial. A sus cortos nueve años, ya había trabajado como princesa en varios castillos de cuentos de hadas. Pero hoy su vida cambiaría para siempre.
Todo comenzó cuando su hermano Maximiliano encontró un anillo mágico en el bosque. Al principio, todo parecía normal, pero cuando Annette lo tocó, algo extraño sucedió. La pobre perrita comenzó a convertirse lentamente en piedra.
- ¡Maximiliano, tengo que encontrar una manera de romper esta maldición! - gritó Annette.
Maximiliano se ofreció a ayudarla, pero ella sabía que esto sería peligroso y le dijo que se quedara en casa.
Annette se armó de valor y se embarcó en una aventura para encontrar a alguien que pudiera ayudarla. Los bosques y las colinas eran conocidos por su magia y encanto, pero también eran peligrosos. Annette se encontró con algunos animales amistosos, como un zorro encantador y un búho sabio, pero también tuvo que lidiar con trolls y otros seres mágicos que no eran tan amigables.
A medida que avanzaba, se dio cuenta de que nadie parecía saber cómo romper la maldición del anillo. Desanimada, Annette comenzó a perder la esperanza.
- No siempre puedes conseguir lo que quieres - se dijo a sí misma, recordando la moral que su madre siempre le había enseñado.
Pero cuando todo parecía perdido, escuchó una voz lejana que hablaba de un mago sabio que vivía en el fondo de un lago mágico. Annette sabía que esto era peligroso, pero no tenía otra opción. Se adentró en el lago y luchó contra vientos helados y corrientes peligrosas para llegar a la guarida del mago.
- ¿Puedes ayudarme a romper esta maldición? - preguntó Annette, temblando de emoción y miedo.

El mago sabio miró el anillo y sacudió la cabeza.

- Lo siento, pequeña. Esta maldición es demasiado fuerte incluso para mí.

Annette se sintió triste y decepcionada, pero no se rindió. Sabía que algunas cosas simplemente no están destinadas a ser. Con el corazón pesado, se preparó para regresar a casa. Pero entonces ocurrió algo inesperado.

- Espera. Hay algo diferente en ti - dijo el mago, mirándola fijamente.

Annette no entendió lo que quería decir, pero entonces sintió un cosquilleo extraño en su nariz. De repente, supo lo que estaba sucediendo: había adquirido la magia del lago.
- ¡Lo has hecho! ¡Eres una verdadera princesa mágica! - exclamó el mago, animándola con una sonrisa.
Con la magia en su poder, Annette sabía lo que tenía que hacer. Regresó a su hogar en el bosque, encontró a su hermano y lo abrazó con fuerza.
- Lo logré, Maximiliano - dijo ella, sonriendo. - No pude romper la maldición, pero encontré algo aún mejor: la magia.
Y así, Annette vivió feliz por el resto de sus días, convirtiéndose en la más poderosa de las princesas mágicas que el bosque jamás había visto.

FIN.

Capítulo 2: La búsqueda del antídoto

Annette era ahora una princesa mágica, pero su hermano Maximiliano seguía siendo un simple perro corriente. Annette se dio cuenta de que no era justo que solo ella tuviera la magia, y decidió encontrar una manera de compartirla con su hermano.
Después de estudiar algunos libros de hechizos antiguos, descubrieron que podían hacer un hechizo que permitiría que Maximiliano también tuviera la magia. Pero para hacerlo, necesitarían encontrar un ingrediente muy especial: la lágrima de un dragón.
- Bueno, esto no parece ser tan difícil -dijo Annette, tratando de sonar valiente-. Solo tenemos que encontrar un dragón. ¿Pero dónde demonios encontramos un dragón?
- Tal vez podríamos preguntarle al mago sabio - sugirió Maximiliano-. Él conoce todos los secretos del bosque.
Así que Annette y Maximiliano buscaron al mago sabio y le preguntaron sobre la lágrima de dragón. El mago sabio les dijo que solo había un lugar donde podían obtenerla: en las profundidades del volcán Dormido.
- Hay un problema -advierte el mago sabio-. El volcán Dormido está ahora encantado y protegido por un temible dragón. Nadie ha sido capaz de entrar allí en años.

- Entonces tendremos que intentarlo -dijo Annette, decidida.

Annette y Maximiliano viajaron al volcán Dormido, sintiendo el calor asfixiante incluso desde lejos. Pero cuando intentaron entrar en la cueva donde se encontraba la lágrima de dragón, se encontraron con algo terrible: una enorme serpiente de lava.
- Tendremos que enfrentarnos a ella para obtener la lágrima -dijo Annette, sacando su varita mágica.
Los dos hermanos pelearon juntos contra la serpiente de lava, esquivando sus mordiscos y golpeándola con sus hechizos más poderosos. Pero la criatura era demasiado fuerte y pronto los dejó acorralados en una esquina.
- No podemos rendirnos ahora -dijo Annette-. Tenemos que encontrar una manera de vencerla.
Fue entonces cuando tuvieron una idea: ¿y si engañaban a la serpiente de lava para que mordiera su propia cola? Era una vieja táctica, pero tal vez funcionara.
Annette y Maximiliano trabajaron juntos para atraer a la serpiente hacia su propia cola, esquivando sus ataques y preparándose para el momento adecuado. Y cuando la serpiente de lava estaba lo suficientemente cerca de su propia cola, Annette pronunció las palabras correctas y la serpiente se mordió a sí misma.
El hechizo funcionó, y la serpiente de lava comenzó a temblar y a desvanecerse. Annette y Maximiliano caminaron con precaución hacia la cueva y vieron la lágrima de dragón brillando en el centro.

- Lo hicimos -dijo Annette, asombrada.

Cogió la lágrima y la sostuvo en su palma. Sabía que esto era solo el comienzo de una nueva aventura, pero también sabía que podía manejarlo con su valentía y su magia.
Annette y Maximiliano regresaron a casa con la lágrima de dragón. Annette hizo el hechizo que le permitiría a su hermano tener también la magia de la princesa mágica. Maximiliano temblaba de emoción mientras Annette vertía la lágrima en su cabeza.
Un rayo de luz mágico envolvió a Maximiliano, haciéndole sentir un calor interno que nunca había experimentado. Miró sus patas y se dio cuenta de que ahora eran patas de cachorro mágicas.
- ¡Lo lograste, Annette! -dijo Maximiliano, emocionado-. Ahora soy un perro mágico como tú.
-¡Sí, lo hicimos! -dijo Annette, abrazándolo-. Ahora podemos tener aventuras juntos y explorar el bosque mágico como dos hermanos mágicos.
Maximiliano ladró en emoción, y Annette tomó su mano mientras se dirigían hacia el bosque. Ahora ambos eran perros mágicos, con la valentía y la magia necesaria para aventurarse en cualquier lugar. Annette sabía que no siempre podrían conseguir todo lo que querían, pero con la magia y el amor de su hermano, podían conquistar cualquier desafío que se les presentara.

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