Historia para Sam

# La Aventura de Wally la Gota de Agua
Era un día soleado en el Bosque Brillante. Los árboles alzaban sus brazos verdes hacia el cielo, y los pájaros cantaban alegres canciones. Allí, en un pequeño estanque, vivía Wally, la Gota de Agua.
Wally era redondito y brillante como un pequeño diamante. Le encantaba saltar por el estanque y jugar con sus amigos, los peces y las ranas. Pero un día, mientras jugaba, Wally notó algo extraño.

—¡Mira eso! —exclamó, asomándose al borde del estanque.
Los peces miraron hacia donde Wally señalaba. El agua, antes cristalina, ahora tenía manchas oscuras y olía raro.

—¿Qué está pasando? —preguntó un pez llamado Pipo, moviendo su cola nervioso.
—No lo sé, pero no me gusta —dijo Wally, su voz temblando un poco. —Debemos hacer algo.
De repente, un niño de cabello rizado y ojos soñadores apareció junto al estanque. Era Sam, un niño valiente de cuatro años que siempre amaba jugar en el bosque.
—¡Hola, Wally! —saludó Sam, agachándose para mirar el agua. —¿Por qué estás tan triste?
—El agua se está ensuciando, Sam. —dijo Wally—. ¡Si seguimos así, el Bosque Brillante no podrá vivir!
Sam frunció el ceño, pensativo. Las hojas de los árboles susurraban entre sí, como si también estuvieran preocupadas.
—¡Podemos ayudar! —dijo Sam, con una chispa de emoción en sus ojos. —¡Juntos, podemos salvar el bosque!
