Historia para Jimena

**Título: Jimena y el Brillo del Verdadero Amigo**

Era un día soleado en el mágico Reino de Lumina. Las flores danzaban al ritmo de la brisa, y los árboles susurraban secretos entre ellos. En este encantador lugar, vivía una pequeña hada llamada Jimena. Con sus alas brillantes como el oro, Jimena era la princesa de Lumina, y su corazón era tan grande como el cielo.
Un día, mientras jugaba en el jardín con sus amigos, Marisol la mariposa y Leo el león, Jimena escuchó un murmullo entre los arbustos. Se acercó, levantando su varita mágica decorada con estrellitas.

“¿Qué es eso?” preguntó, mientras sus ojos brillaban de curiosidad.

“Oh, es solo el Consejo de Hadas hablando,” respondió Leo, estirándose sobre la hierba. “Dicen que van a organizar un gran baile, y que tú, Jimena, tendrás que escoger a un príncipe para casarte.”

Jimena frunció el ceño. “¿Casarme? Pero... ¡no conozco a ninguno de ellos!”

Marisol aleteó cerca de su cara, “¡Y ni siquiera sabes si te gustarán! ¿Qué pasará si no quieres bailar con un príncipe extraño?”
De repente, el corazón de Jimena empezó a latir rápido. Ella solo quería jugar, reír y volar libre. Así que, con su voz suave pero decidida, les dijo: “No puedo casarme con alguien que no amo. Eso no se siente bien.”
Mientras el sol comenzaba a bajar en el horizonte, Jimena decidió hablar con su mejor amiga, Lila, una sabia anciana con alas plateadas. Lila vivía en un claro cercano, rodeada de flores que nunca se marchitaban.
Cuando Jimena llegó, Lila la miró con dulzura. “¿Qué sucede, mi pequeña hada?” preguntó con una voz que sonaba como el canto de un arroyo.
Jimena soltó un suspiro profundo. “Lila, tengo que casarme con un príncipe que no amo. No sé qué hacer.”
Lila se acercó, acariciando la cabeza de Jimena con una mano cálida. “Escuchar lo que sientes es muy importante, Jimena. La amistad verdadera debe brillar en los momentos difíciles. ¿Te gustaría compartir tus sentimientos con tus amigos?”
“¿Pero cómo puedo hacer eso?” cuestionó Jimena, mordiéndose el labio. “No quiero que se sientan mal.”
“Las palabras sinceras siempre muestran el camino,” dijo Lila con una sonrisa. “A veces, hablar desde el corazón es la magia más poderosa.”
Con el corazón latiendo fuerte, Jimena decidió que iba a hablar con Marisol y Leo. Era hora de mostrarles lo que realmente sentía. Así, se despidió de Lila, quien le dio un abrazo cálido, y voló velozmente a donde sus amigos estaban.
Cuando llegó, encontró a Marisol jugando con un pétalo de rosa y a Leo intentando atrapar mariposas. Jimena se acercó, y justo cuando iba a hablar, se detuvo. El sol comenzaba a ocultarse, tiñendo el cielo con tonos de naranja y púrpura.
“Jimena, ¡mira! ¡Esa mariposa tiene alas de fuego!” exclamó Marisol, deslumbrada.
Sin embargo, Jimena respiró hondo y, con un brillo en sus ojos, dijo: “Chicos, tengo algo importante que contarles. Alguien me dijo que debo casarme, pero... no quiero. Quiero elegir mi propio camino, y no sé cómo enfrentar esto.”
Marisol y Leo se miraron, sorprendidos, y después Marisol dijo: “Eres valiente al decirlo. Siempre estaremos aquí para ti, Jimena.”
“Sí,” añadió Leo, “la amistad es lo más importante. Juntos podemos encontrar una solución, ¿verdad?”

Los ojos de Jimena se iluminaron. “¿De verdad piensan eso?”

“¡Claro que sí!” respondieron al unísono.

Y así, bajo el cielo estrellado de Lumina, los tres amigos comenzaron a planear cómo ayudar a Jimena a encontrar su propio camino. Jimena sonrió, sintiendo el cálido abrazo de la amistad.
Aunque aún tenía que enfrentar el baile y el príncipe, sabía que no tenía que hacerlo sola.

**Fin del primer capítulo.**

### Capítulo 2: El Baile y la Valiente Decisión

La luna brillaba en el cielo profundo, y el día del gran baile se acercaba rápidamente. Jimena se sentía emocionada y nerviosa al mismo tiempo. Con Marisol y Leo a su lado, se pasaban las tardes hablando sobre cómo podría decidir su futuro.
“Podríamos hacer un mapa de héroes,” sugirió Marisol un día, aleteando sus alas coloridas. “¡Así sabremos cuál es el mejor camino para ti!”
“Sí, y podríamos buscar flores mágicas que te den valor,” añadió Leo, mientras trazaba líneas en la tierra con su patita. “Cualquier cosa sería mejor que tener que elegir a un príncipe que no amas.”
Jimena sonrió, sintiéndose agradecida por tener amigos tan maravillosos. Juntos comenzaron a dibujar un mapa lleno de aventuras, con caminos que conducían a fuentes de valor, montañas de decisiones y bosques de amistad.
Pero justo cuando todo parecía ir bien, un giro inesperado sucedió. Mientras jugaban, una nube oscura se formó sobre el jardín. El viento aulló y las hojas empezaron a caer con fuerza.
“¡Miren!” gritó Marisol, aterrorizada. “Es el Rey de las Sombras, él se lleva a los príncipes que no son elegidos en el baile.”
Jimena sintió un escalofrío. “¿Qué pasará con los príncipes que no sean elegidos?”
“Ellos quedarán atrapados en la sombra para siempre,” explicó Leo, con un tono serio. “Tienes que decidir qué hacer, Jimena, antes de que sea tarde.”
Con el corazón acelerado, Jimena recordó las palabras de Lila: “La amistad verdadera debe brillar en los momentos difíciles.” En ese instante, decidió que no podía dejar que esta sombra se llevara a nadie, ni siquiera a un príncipe que no conocía.
“¡Debemos ayudar a esos príncipes!” exclamó, con determinación. “No podemos dejar que sean atrapados.”
Marisol y Leo asintieron, llenos de admiración por la valentía de su amiga. “¡Sí! ¡Vamos a encontrar la manera!” gritaron al unísono.
Así, juntos se adentraron en el bosque oscuro, siguiendo el eco de los lamentos de los príncipes atrapados. En el camino, se encontraron con criaturas mágicas que ofrecieron su ayuda. Una luciérnaga sabia les dio una escamita brillante que podía iluminar la oscuridad.
“Usen esto,” dijo la luciérnaga. “El brillo de la amistad y el amor siempre vencerán a las sombras.”
“Es lo que somos,” dijo Jimena, con una sonrisa amplia. “¡Brillaremos como amigos!”
Con el brillo de la escamita guiándolos, llegaron al corazón del bosque donde el Rey de las Sombras aguardaba, rodeado de príncipes atrapados en una red oscura.
“¡Oh, sombras tenebrosas!” gritó Jimena con toda la fuerza que su pequeño cuerpo hadado podía reunir. “¡No tememos a la oscuridad! ¡La amistad es más fuerte que cualquier sombra!”
Los príncipes, al escuchar las palabras de Jimena, empezaron a brillar. Sus corazones respondieron a la llamada de su valentía. Marisol y Leo, a su lado, comenzaron a danzar, y ese acto de alegría llenó el aire con luz.
El Rey de las Sombras, sorprendido por la magia de la amistad, comenzó a desvanecerse. “¡No! ¿Cómo es posible?”
Con un último destello de luz, las sombras se disiparon. Los príncipes fueron liberados, y el bosque volvió a ser un lugar radiante.
“¡Lo hicimos!” gritó Jimena, abrazando a sus amigos. “La verdadera magia es ser buenos amigos.”
Los príncipes, agradecidos, se acercaron a Jimena. “Gracias, pequeña hada. Has demostrado que el amor y la amistad son más poderosos que cualquier destino elegido.”
Jimena sonrió, sintiendo un calor en su corazón. No necesitaba elegir a un príncipe. Tenía amigos que la valoraban y apoyaban.
Con risas y abrazos, regresaron al jardín, donde el baile comenzaría. Jimena sabía que era libre de ser quien era, rodeada de la luz de la amistad que siempre brilla en su corazón.
Y así, con cada paso que daba, Jimena realizó que el verdadero amor a veces se encuentra en los mismos amigos que siempre han estado a tu lado.

**Fin del segundo capítulo.**

### Capítulo Final: El Baile de la Amistad

El día del baile había llegado, y el jardín resplandecía con colores brillantes. Flores maravillosas bailaban al compás de la brisa, mientras mariposas de mil tonos revoloteaban, alegrando el ambiente. Jimena, Marisol y Leo estaban listos para disfrutar de ese día tan especial, sintiéndose contentos y llenos de energía.
“¡No puedo esperar para bailar!” exclamó Marisol, sus alas reluciendo como estrellas. “¡Hoy será un día mágico!”
“Y nos aseguraremos de que todos recuerden la fuerza de nuestra amistad,” añadió Leo con una sonrisa decidida. “Nada nos detendrá.”
Jimena observaba a los príncipes que habían sido liberados, todos lucían felices y brillantes, cada uno con una chispa especial en sus ojos. Recordó lo que había pasado y cómo habían enfrentado la oscuridad juntos. Su corazón latía con fuerza al verlos disfrutar.
Cuando el rey del reino mágico, un robusto búho con una corona de hojas doradas, hizo sonar su trompeta, todos se reunieron en el centro del jardín.
“¡Bienvenidos al Baile de la Amistad!” anunció el rey. “Hoy celebramos no solo la unión de corazones, sino el poder de la verdadera amistad.”
Jimena sintió que la emoción llenaba el aire. "¡Mira, ahí está el príncipe que se suponía que debía elegir!" dijo, señalando a un joven príncipe que sonreía con alegría. “Pero, hoy no me siento presionada, porque tengo a mis amigos conmigo.”
“¡Eso es lo más importante!” dijo Marisol, aleteando de felicidad. “La amistad siempre será más hermosa que cualquier coronación.”
A medida que la música comenzó a tocar, Jimena, Marisol y Leo se unieron a los demás en el baile. Sus risas resonaban como melodías, y sus movimientos eran tan alegres que atraían la atención de todos.
De repente, el príncipe se acercó a Jimena. “¿Puedo bailar contigo?” preguntó con una sonrisa amable.
Jimena miró a sus amigos y asintió con entusiasmo. “Claro, pero solo si todos bailamos juntos.”
Así, el príncipe buscó a cada uno de los príncipes y a las princesas, formando un gran círculo alrededor de Jimena y sus amigos. Todos comenzaron a bailar, riendo y saltando, creando un espectáculo de alegría en el jardín.
El búho rey, mientras observaba la escena, sonrió con satisfacción. “¡Esto es lo que significa la verdadera amistad! Unir a los corazones, celebrando lo que realmente importa.”
Cuando la música alcanzó su clímax, Jimena tomó la mano del príncipe y giró, dejando que su risa llenara el aire. “Hoy he aprendido que ser amigos es lo que realmente nos hace felices. No necesito elegir a un príncipe, porque ya tengo a los mejores amigos del mundo.”
“¡Eso es!” gritó Leo mientras giraba con Marisol. “La amistad es la mágica aventura que nunca termina.”
Al caer la noche, con fuegos artificiales estallando en el cielo, Jimena comprendió que su hogar no solo era el jardín o el reino, sino cada momento compartido con sus amigos. Sabía que siempre podría contar con ellos, así como ellos podían contar con ella.
“¡Gracias, amigos!” exclamó, abrazando a Marisol y Leo. “Siempre seremos un equipo.”
Con el corazón rebosante de amor y alegría, Jimena cerró los ojos y deseó que ese instante se quedara grabado para siempre.
Y así, en el reino mágico, donde la amistad brillaba más que cualquier estrella, Jimena continuó su aventura, disfrutando de cada día con sus amigos, sabiendo que la verdadera felicidad reside en la conexión que tenemos con quienes amamos.

**Fin de la historia.**

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