Historia para Karla
Título: Greeny el Árbol y la Niña Karla
Capítulo 1: El Vecindario
Karla se mudó a un nuevo vecindario rodeado de árboles y flores. A Karla le encantaba jugar afuera en la naturaleza, asombrándose con los colores brillantes y el olor dulce de las flores. Pero lo que más llamó su atención fueron los árboles, especialmente uno grande y majestuoso en el medio del jardín de su nueva casa.
Un día, mientras Karla estaba sentada debajo del árbol verde, escuchó una voz. "Hola, niña. Me llamo Greeny, ¿y tú?"se preguntó. Karla miró a su alrededor y vio que la voz venía del árbol. Ella se sorprendió mucho, nunca antes había hablado con un árbol.
"Soy Karla, un placer conocerte", dijo ella.
Greeny sonrió y le dijo: "Karla, es bueno que te gusten los árboles. Los árboles son muy importantes para el medio ambiente, ¿sabes?". Karla curiosa, preguntó "¿Por qué es tan importante?".
Greeny respondió: "los árboles son una fuente de oxígeno que nos ayuda a respirar. También ayudan a mantener el clima limpio y fresco. Si no hubiera árboles, estaríamos en un gran problema".
Karla se dio cuenta de que el árbol verde tenía razón. Toda la naturaleza es importante y debemos hacer lo que podamos para protegerla. A partir de ese momento, Karla se comprometió a cuidar y proteger los árboles, comenzando con Greeny.
Los niños del vecindario pronto conocieron la historia de Greeny y comenzaron a aprender sobre los árboles y la importancia de cuidar la naturaleza.
Desde entonces, a menudo se pueden encontrar a los niños sentados debajo del árbol hablando y escuchando historias del Sabio Greeny. Y así, el vecindario se convirtió en un lugar más hermoso, gracias al árbol y la niña Karla que aprendió la importancia de cuidar a nuestro planeta.
Capítulo 2: La Gran Tormenta
Un día, una gran tormenta llegó al vecindario. Los vientos fuertes soplaron y la lluvia golpeó contra las ventanas de las casas. Karla estaba preocupada por Greeny, el árbol que tanto amaba. Sabía que la tormenta podía causar daños a los árboles y no quería que le sucediera nada a Greeny.
Así que Karla corrió hacia el jardín para verlo. Cuando llegó, la escena la dejó helada. Greeny estaba inclinado hacia un lado, con sus ramas desgarradas y partes de su corteza rota. Karla se acercó y lo abrazó, tratando de consolarlo. Pero no sabía qué hacer para ayudar.
Entonces, Greeny habló y le dijo: "Niña, no llores por mí. Es cierto que estoy herido, pero recuerda que soy un árbol fuerte y resistente". Karla se sorprendió al oír a Greeny hablar a pesar de su estado. Él continuó, "esto le sucede a muchos árboles, y a menudo sobreviven gracias a la ayuda de aquellos que los quieren y los cuidan ".
Karla entendió el mensaje y decidió trabajar con sus amigos del vecindario para ayudar a Greeny. Juntos, encontraron las herramientas adecuadas y comenzaron a trabajar. Después de horas de esfuerzo, finalmente lograron enderezar a Greeny y colocarlo en un lugar seguro.
Mientras los niños terminaban de limpiar el lugar, ocurrió algo inesperado. Una pequeña ardilla saltó de una de las ramas de Greeny y corrió hacia Karla, acurrucándose en su regazo. Karla se sorprendió, pero la ardilla parecía estar a salvo y feliz de estar allí.
Greeny sonrió y le dijo: "Niña, has demostrado que eres una verdadera amiga de los árboles. Gracias por salvarme y por cuidar del vecindario. Y quién sabe, tal vez hayas hecho un nuevo amigo también ".
Karla sintió una gran alegría y felicidad al saber que había ayudado al árbol y conocido a una nueva amiga. A partir de ese momento, todos los niños del vecindario continuaron cuidando y protegiendo a los árboles, incluyendo a Greeny, su amigo sabio y fuerte.
Los días pasaron y Greeny comenzó a recuperarse poco a poco. Las nuevas hojas empezaron a crecer y sus ramas comenzaron a fortalecerse. Un día, mientras Karla estaba sentada junto a Greeny, la ardilla en su regazo comenzó a saltar y jugar en las ramas del árbol. Karla se sintió feliz de ver a su nueva amiga disfrutar de su hábitat natural.
De repente, la ardilla saltó hacia Karla y se acurrucó en su regazo de nuevo. Greeny sonrió y dijo: "Niña, tienes el corazón de un árbol amigo. Tu amor y dedicación hacia mí y hacia la naturaleza te ha dado no solo un nuevo amigo, sino también una vida en armonía con el medio ambiente".
La alegría de Karla no tenía límites. Ahora sabía que su amor por la naturaleza había traído felicidad no solo a su árbol amigo, sino también a ella misma, y a su vecindario en general. Y así, Karla se comprometió a continuar cuidando y protegiendo a los árboles y a todos los seres vivos que compartían el planeta con ella.