Historia para Jacqeline Hernandez Hernandez & HANNIA CECILIA GRANADOS MORALES

Había una vez en el pequeño pueblo de Castillo, un hermoso árbol llamado Greeny. Greeny era un árbol muy especial, ya que daba sombra a los niños en los días calurosos de verano y les proporcionaba aire fresco para respirar. Los niños del pueblo adoraban a Greeny, y él se sentía muy feliz de ser tan querido.

Un día, Jacqeline y Hannia, dos niñas curiosas y aventureras, estaban caminando cerca de Greeny cuando notaron que el árbol se veía un poco triste. Se preguntaron qué podía estar pasando y se acercaron a él para preguntarle.

"Siento que la gente del pueblo no me valora tanto como solía hacerlo", respondió Greeny con tristeza. "A veces, cortan mis ramas sin pensar en el daño que me hacen".

Jacqeline y Hannia se sintieron muy tristes al escuchar esto. No querían que Greeny se sintiera solo y triste. Así que, pensaron en una idea para hacer que la gente del pueblo valorara más a Greeny.

"¡Tenemos una idea!", exclamó Jacqeline. "Podemos organizar un gran festival en honor a Greeny y mostrarles a todos lo importante que es para nuestra comunidad".

Greeny se iluminó con la idea y las niñas se pusieron manos a la obra. Hablaron con su abuela Rosalinda, quien era una líder comunitaria muy respetada en el pueblo, y le explicaron su plan. Ella les ayudó a organizar el festival y promovió la importancia de cuidar a los árboles y al medio ambiente.

El día del festival, Greeny se veía más hermoso que nunca con sus hojas verdes y saludables. Los niños del pueblo se unieron a la celebración y bailaron y cantaron alrededor de Greeny. Todos compartieron historias sobre cómo Greeny había tocado sus vidas y cómo los árboles eran importantes para el mundo en que vivimos.

Al final del festival, la gente del pueblo se comprometió a cuidar a Greeny y a otros árboles en la comunidad, y hacer todo lo posible para proteger el medio ambiente. Greeny estaba tan feliz de que la gente lo valorara de nuevo, y las niñas se sintieron muy orgullosas de haber ayudado a hacer la diferencia.

A partir de ese día, Greeny se convirtió en el centro de atención del pueblo de Castillo, y siempre fue cuidado y protegido por todos.

Aunque todo parecía perfecto en la comunidad de Castillo, algo inesperado sucedió. Una noche, una tormenta muy fuerte azotó el pueblo, y el viento sopló con tanta fuerza que arrancó a Greeny de raíz. Todos los habitantes del pueblo se alarmaron y se sintieron tristes por la pérdida del árbol que tanto amaban.

Jacqeline y Hannia sabían que tenían que hacer algo para honrar la memoria de Greeny y asegurarse de que algo así nunca volviera a suceder. Decidieron hablar con su abuela Rosalinda y con el resto de los líderes de la comunidad. Juntos, planeaban plantar muchos árboles nuevos en todo el pueblo y enseñar a todos cómo cuidar de ellos.

Así que, un día soleado, todos los habitantes del pueblo se reunieron en la plaza principal para plantar árboles nuevos. Jacqeline y Hannia lideraron la iniciativa y enseñaron a todos a plantar y cuidar de los árboles. Juntos, plantaron tantos árboles nuevos que la plaza principal se convirtió en un hermoso bosque pequeño.

A medida que los árboles crecían, la comunidad se volvía cada vez más fuerte y unida. Los niños jugaban felices bajo la sombra de los árboles y los adultos se comprometían a cuidar del medio ambiente y mantener el pueblo limpio y saludable.

Jacqeline y Hannia se dieron cuenta de que Greeny fue un gran árbol, pero al plantar muchos árboles nuevos, estaban asegurando el futuro del medio ambiente y de su comunidad. Greeny siempre sería recordado como el árbol que inspiró el amor y el cuidado por el medio ambiente en todos los habitantes de Castillo.

Con mucho orgullo, Jacqeline y Hannia admiraban el resultado final de su esfuerzo y dedicación. El bosque pequeño se había convertido en el hogar de muchos animales nuevos y más pájaros cantores visitaban el pueblo. La plaza principal se había transformado en un lugar de paz y armonía.

Los habitantes del pueblo sintieron que debían honrar la memoria de Greeny, el árbol que había sido el centro de su festival anual en el pasado. Por lo tanto, decidieron celebrar un nuevo festival en honor a sus árboles. Lo llamaron "El Festival del Bosque Verde" y se llevó a cabo cada año en la plaza principal.

El festival incluía muchas actividades divertidas y educativas sobre la importancia de cuidar y proteger el medio ambiente. Jacqeline y Hannia lideraron muchas de las actividades para los niños y enseñaron a todos cómo amar y cuidar de la naturaleza.

Finalmente, Castillo se convirtió en un lugar mejor y más hermoso gracias al amor y el cuidado que todos le dedicaban. Greeny había sido un gran árbol, pero su legado continuaba vivo gracias a los árboles nuevos que crecían en su honor. Todo el pueblo se unió para proteger su hogar y trabajar juntos para mantenerlo saludable y próspero. Y así, la comunidad vivió feliz y en armonía con la naturaleza para siempre.