Historia para Estebitan
Título: Estebitan, el Dragón del Viento
Capítulo 1: El Cambio
En un lugar lejano, hay un reino llamado Dragolande, donde vivían muchos tipos de dragones. Había dragones de fuego, dragones de agua, dragones de tierra y, por supuesto, dragones de viento. Los dragones de viento eran muy especiales, porque podían controlar el viento y hacer que sople en cualquier dirección que quisieran.
Estebitan era uno de esos dragones de viento. Tenía ocho años y era muy inteligente y valiente. Él amaba su hogar, lo llamaba la Colina del Viento. La colina estaba rodeada de árboles altos y hermosos, y el viento soplaba suavemente por allí. Estebitan solía volar sobre la colina y sentir la brisa fría en su piel escamosa. Era su lugar feliz y no podía imaginar vivir en otro lugar.
Sin embargo, Estebitan comenzó a notar un cambio en su hogar. Más y más humanos estaban llegando a la colina. Traían grandes máquinas y herramientas ruidosas, y comenzaron a cortar árboles y construir cosas extrañas. Estebitan se preocupó por lo que estaba sucediendo, y pronto descubrió que los humanos querían construir una gran ciudad en la colina del viento.
Estebitan sabía que debía hacer algo para salvar su hogar. Reunió a sus amigos dragones y juntos decidieron que debían hablar con los humanos. Al día siguiente, volaron hacia la ciudad y se posaron en una plaza llena de gente.
"Hola, humanos", dijo Estebitan con voz fuerte y clara. "Soy Estebitan, el dragón del viento. Hemos venido a hablar con ustedes sobre lo que están haciendo en nuestra colina".
La gente se sorprendió al ver a los dragones hablar, pero Estebitan continuó.
"Esta colina es nuestro hogar", dijo. "Aquí vivimos y nos encanta este lugar. Por favor, no destruyan nuestra casa".
Los humanos se sintieron conmovidos por las palabras de Estebitan y comenzaron a escucharlo. Estebitan les explicó lo importante que era para ellos mantener su hogar y cómo la construcción de la ciudad afectaría su vida.
Los humanos comprendieron la situación y comprendieron que los dragones eran parte de la comunidad de su tierra. Entonces acordaron no construir la ciudad en la colina del viento y permitieron que Estebitan y sus amigos se quedaran allí.
Desde ese día, la colina del viento se convirtió en el hogar de dragones y humanos. Estebitan y sus amigos siguieron cuidando de su hogar y preservándolo. Él sabía que haber sido honesto y valiente había salvado su hogar, y ese era un gran logro para un dragón tan valiente como él.
Capítulo 2: La Tormenta
Después de haber convencido a los humanos de no construir la ciudad en la colina del viento, Estebitan y sus amigos se sintieron aliviados. Todo volvió a ser como antes, con los dragones volando libremente sobre su hogar.
Sin embargo, un día, una gran tormenta se avecinaba en el horizonte. Las nubes se estaban juntando y pronto comenzó a correr un fuerte viento. Estebitan sabía que era su responsabilidad proteger a sus amigos dragones y su hogar. Comenzaron a prepararse para la tormenta y Estebitan tomó la delantera.
"Dragones, necesitamos asegurarnos de que nuestros árboles y hogares no se dañen con la tormenta que se avecina", dijo Estebitan.
Los dragones generalmente eran fuertes, pero la tormenta era demasiado grande para ellos. Estebitan sabía que necesitaba ayuda. Recordó que en una de sus expediciones había conocido a un grupo de pájaros que eran muy fuertes y poderosos. Sabía que estos pájaros podrían ayudar a los dragones a proteger la colina del viento.
Estebitan voló hacia el lugar donde se encontraban los pájaros y explicó la situación. Los pájaros se unieron a ellos y juntos comenzaron a trabajar. Se encargaron de reforzar los árboles y asegurarse de que las casas de los dragones estuvieran protegidas de la tormenta.
La tormenta llegó con gran fuerza y la colina del viento fue azotada por fuertes vientos y lluvia. Los dragones y los pájaros trabajaron juntos, asegurándose de que nadie resultara herido y de que la colina del viento estuviera protegida.
Finalmente, la tormenta se calmó y el sol salió de nuevo. Estebitan agradeció a los pájaros por su ayuda y los despidió. La colina del viento estaba salva gracias al apoyo y la ayuda de todos.
Estebitan se dio cuenta de que, a pesar de ser un dragón fuerte y valiente, siempre necesitaría la ayuda de otros para proteger su hogar y sus amigos. La honestidad y la valentía eran importantes, pero también lo era trabajar juntos para superar los desafíos.
Estebitan voló sobre la colina del viento, admirando cómo la naturaleza había sido capaz de resistir a la tormenta. Todo estaba en su sitio y los dragones continuaban con su vida habitual.
De repente, un pequeño dragón se acercó corriendo a Estebitan, gritando emocionado: "¡Estebitan! ¡La tormenta ha dejado una gran cantidad de agua en los estanques! ¡La colina del viento ahora tiene suficiente agua para todos los días del año!"
Estebitan sonrió, feliz de oír eso. Sabía que la vida en la colina del viento no sería fácil, pero con un poco de ayuda y honestidad, sería siempre un lugar en donde todos podrían vivir felices.
De camino a su hogar, Estebitan recordó todo lo que había aprendido en estas últimas aventuras. Había encontrado una familia y amigos verdaderos en la colina del viento. Sabía que, así como él había protegido su hogar, también lo habían protegido a él.
Finalmente, Estebitan se posó en su nido y suspiró aliviado. Sólo había una cosa más que hacer: enviar una carta a los pájaros agradeciéndoles la ayuda que habían brindado en la tormenta. Estebitan no quería olvidar a aquellos que lo habían ayudado cuando más les había necesitado.