Historia para Agustina
Título: En Busca del Paraguas Perdido

Capítulo 1: El Inicio de la Aventura
Agustina estaba paseando por el bosque cuando vio algo muy inusual. Era un conejo blanco que llevaba un reloj de oro y corría tan rápido que casi no lo podía seguir con la vista. Agustina tenía curiosidad y decidió seguir al conejo blanco. Lo siguió hasta llegar a un agujero en el suelo. El conejo blanco saltó dentro del agujero y Agustina, temerosa pero emocionada, decidió seguirlo.
Cuando Agustina cayó por el agujero, se encontró en un mundo completamente diferente. Había árboles con hojas de todos los colores y flores que parecían de cristal. El conejo blanco ya no estaba a la vista, pero el paraguas que llevaba consigo sí estaba ahí. Agustina lo recogió y empezó a buscar al conejo.
Agustina caminó por un rato y encontró a una oruga sentada en una hoja. La oruga la saludó diciendo: "Hola, pequeña. ¿Qué te trae por aquí?".
Agustina le explicó que estaba buscando al conejo blanco que había perdido su paraguas y la oruga le respondió: "Oh, lo siento mucho. Pero no te preocupes, Wonderland es un lugar mágico donde siempre podemos encontrar cosas perdidas. ¿Por qué no te unes a nosotros y nos ayudas a buscar?"
Agustina asintió emocionada y continuó su búsqueda junto con la oruga y otros amigos que encontró por el camino. Aunque no sabía lo que iba a pasar en su aventura, estaba feliz de estar en Wonderland y ayudar a sus amigos.

Capítulo 2: El Bosque Encantado
Agustina, la oruga y los amigos de Wonderland caminaron por un sendero rodeado de árboles altos y frondosos. El camino estaba lleno de hojas y flores brillantes que alumbraban el camino. Continuaron caminando durante un tiempo hasta que llegaron a una bifurcación en el camino.
No sabían qué camino tomar, así que el grupo se detuvo para discutirlo. Mientras discutían, un lindo y peludo gato apareció de repente. El gato tenía una sonrisa en su rostro y hablaba en un tono suave y amigable.
"Debo decir que el camino correcto es el de la izquierda. Allí encontrarán a una rana sabia que los guiará en su búsqueda", dijo el gato.
Agustina y sus amigos confiaron en el gato y tomaron el camino de la izquierda. A medida que avanzaban, los árboles comenzaron a cerrarse más y más hasta que se encontraron rodeados por el bosque encantado.
De repente, escucharon un rugido fuerte y aterrador. Era el Bosque Encantado, que estaba tratando de asustarlos. Pero Agustina y sus amigos no se asustaron. Sabían que tenían que seguir adelante para encontrar el paraguas perdido.
Finalmente llegaron al final del Bosque Encantado y encontraron la rana sabia. La rana les explicó que el paraguas había sido arrastrado por un fuerte viento hasta la cima de una montaña cercana. Agustina y sus amigos agradecieron a la rana y se dirigieron a la montaña con la esperanza de encontrar el paraguas perdido.
Pero justo cuando llegaron a la cima, un fuerte viento voló al paraguas de sus manos. No sabían qué hacer, pero entonces, el conejo blanco apareció de repente. Él tomó el paraguas y le agradeció a Agustina y sus amigos por ayudarlo a encontrar su objeto de valor.
Agustina aprendió que incluso en los lugares más extraños y peligrosos, siempre puedes encontrar amigos dispuestos a ayudarte si los buscas con el corazón abierto.
El conejo blanco les preguntó a Agustina y a sus amigos si querían acompañarlo a una fiesta en el jardín de la Reina de Corazones. Todos estaban emocionados por la invitación y se apresuraron a llegar al jardín.
Allí, se encontraron con la Reina de Corazones, que estaba feliz de ver al conejo blanco y sus amigos. Agustina y sus amigos disfrutaron de una tarde llena de juegos y música. Comieron pasteles y bebieron té mientras disfrutaban de la compañía de los amigos más extraños y maravillosos que habían conocido.
Finalmente, llegó la hora de irse. El conejo blanco se acercó a Agustina y le entregó un pequeño regalo envuelto en papel brillante.
"Esto es para ti, Agustina, para agradecerte por tu ayuda en la búsqueda de mi paraguas perdido", dijo el conejo blanco.
Agustina abrió el regalo y encontró un hermoso libro con ilustraciones de todas las cosas que había visto en Wonderland. Agustina estaba encantada y agradeció al conejo blanco con un fuerte abrazo.
Agustina y sus amigos se despidieron con tristeza de la Reina de Corazones y sus amigos de Wonderland. Regresaron al mundo real, pero sabían que nunca olvidarían sus increíbles aventuras en el extraño y maravilloso mundo de Wonderland.