Historia para Thiago
Título: El valiente conejito
Capítulo 1:

Había una vez un niño llamado Thiago y su hermano menor Yony, que vivían en un pequeño pueblo rodeado de un gran bosque. Thiago siempre le gustaba ir de paseo por el bosque para explorar, jugar y descubrir nuevas aventuras. Era un niño muy valiente y curioso.
Un día, mientras caminaba por el bosque, Thiago encontró un pequeño conejito blanco debajo de un árbol. Parecía tan asustado y temblaba de miedo. Thiago se acercó lentamente para no asustar al conejito y notó que tenía una patita lastimada.
"¡Oh no! ¿Estás herido?", preguntó Thiago mientras se agachaba para verlo mejor.
El conejito temblaba sin decir nada, así que Thiago decidió llevarlo consigo para cuidarlo y protegerlo. Lo envolvió en su camisa y se lo llevó a casa. Thiago tenía la esperanza de que el conejito pudiera recuperarse pronto.
Cuando llegó a casa, mostró al conejito a su hermano Yony. Yony estaba tan emocionado de ver al conejito, pero también estaba un poco preocupado. "¿Qué le pasó al conejito, Thiago?", preguntó Yony.
"Creo que se lastimó una de sus patitas, Yony, pero no te preocupes, lo cuidaré hasta que se recupere", respondió Thiago.
Thiago le dio al conejito un poco de agua y zanahorias. Yony quería ayudar también, así que juntos prepararon un pequeño nido con hojas para el conejito. Thiago le acarició suavemente la cabeza al conejito y le dijo: "No te preocupes, estarás bien pronto. Te cuidaremos y te haremos sentir mejor".
El conejito se sintió seguro y feliz con Thiago y Yony y pronto se durmió. Thiago sabía que estaba cansado y necesitaba descansar para recuperarse pronto. Desde ese día, Thiago y Yony cuidaron al conejito como si fuera parte de su familia. Y gracias a la ayuda de Thiago, el conejito se volvió valiente y seguro de sí mismo.
A veces, las mejores aventuras comienzan con un pequeño acto de bondad. Thiago aprendió una gran lección sobre el cuidado y la amistad y el conejito encontró un hogar amoroso donde se sentía seguro y feliz.

Capítulo 2:
Pasaron varios días desde que Thiago y Yony habían encontrado al pequeño conejito y éste se había recuperado completamente gracias a los cuidados de los hermanos. El conejito ya no era un animalito asustado, ahora era valiente y curioso como Thiago. Un día, mientras Thiago estaba jugando con el conejito en el jardín, éste empezó a excavar un agujero en el suelo con sus pequeñas patitas.
"¿Qué estás haciendo, conejito?", preguntó Thiago.

"Estoy buscando algo", respondió el conejito en su idioma animal.
Thiago se acercó y decidió ayudar al conejito a buscar lo que sea que estuviera buscando. Juntos cavaron un poco más profundo y encontraron una pequeña caja de madera enterrada en el suelo. Thiago la sacó y la abrió con cuidado. Dentro de la caja había un mapa dibujado a mano con una X marcando un punto en el medio del bosque.
"¡Esto es emocionante! ¡Vamos a buscar el tesoro!, exclamó Thiago.
El conejito estaba emocionado también y movía su cola con rapidez.
Thiago y Yony prepararon sus mochilas y partieron hacia el bosque con el conejito en brazos. Durante la caminata, el conejito iba saltando y explorando todo lo que encontraba. Thiago seguía el mapa y, después de unos minutos, llegaron al punto marcado en la X.
Pero cuando llegaron, descubrieron que había un problema. El tesoro estaba enterrado más profundo de lo que esperaban y no tenían herramientas para excavar. Thiago estaba a punto de darse por vencido, pero entonces el conejito tuvo una idea. Saltó al suelo y comenzó a excavar con sus patitas.
"¡Miren! ¡El conejito está excavando!", exclamó Yony emocionado.
Gracias a la ayuda del conejito, Thiago y Yony lograron encontrar el tesoro: una pequeña caja de madera llena de monedas de oro y joyas brillantes. Thiago le dio un pequeño cofre al conejito como agradecimiento por haberlos ayudado.
Pero entonces, cuando estaban regresando a casa con su tesoro, un lobo feroz apareció de repente delante de ellos. Thiago sabía que los lobos eran peligrosos, así que buscó rápidamente la manera de protegerse. Pero el conejito, que había aprendido a ser valiente, saltó del brazo de Thiago y se puso delante del lobo.
"No te acerques, lobo feroz, o tendrás que lidiar conmigo", dijo el conejito.
El lobo se sorprendió de que un conejito tan pequeño fuera tan valiente y decidió irse. Thiago y Yony se dieron cuenta de que el conejito había sido su héroe y que, aunque era pequeño, tenía un gran corazón.
Desde ese día, el conejito se convirtió en un miembro más de la familia de Thiago y Yony y vivieron muchas otras aventuras juntos. Thiago aprendió que los amigos pueden ser pequeños pero tener un gran valor, y que no hay nada más valioso que la amistad y el coraje.
Thiago, Yony y el conejito regresaron a casa con el tesoro que habían encontrado, pero lo que más valoraban era la amistad que habían formado y la valentía que habían demostrado juntos. Thiago decidió guardar el mapa cuidadosamente en su habitación, para recordar siempre esta emocionante aventura.
A partir de ese día, Thiago y el conejito se convirtieron en los mejores amigos. Thiago le enseñó al conejito todo lo que sabía y juntos exploraron cada rincón del jardín y el bosque. El conejito se convirtió en un miembro más de su familia y se encariñó tanto con ellos que no había día en que no saltara a los brazos de Thiago para darle un fuerte abrazo.
Thiago aprendió que el valor y la amistad pueden venir de cualquier forma, incluso de un pequeño y amigable conejito, y que lo importante no es el tamaño o la apariencia, sino lo que hay en el corazón. Y así, con un gran tesoro de amor y amistad en su corazón, Thiago vivió felices para siempre junto a su hermano Yony y su amigo el conejito.