Historia para Damián, Fabián, Dilan, Anthony

“Buenos días, niños y niñas”, dijo la maestra del Jardín de Infancia, “Hoy tenemos una visita muy especial. Les presento a Albert Einstein, un hombre muy inteligente y famoso por sus inventos”.

Los niños se emocionaron mucho al ver a un hombre con pelo blanco y salvaje parado frente a ellos. Damián, Fabián, Dilan y Anthony se sentaron juntos en primera fila, prestando mucha atención a lo que el hombre estaba por decir.

Una vez que todos se acomodaron, Albert comenzó su presentación. “Buenos días a todos. Hoy vengo a contarles una historia muy interesante sobre mi último invento: la máquina del tiempo”.

Los ojos de los niños se abrieron como platos, emocionados por escuchar más sobre este invento milagroso. Albert les explicó que su teoría de la relatividad lo llevó a crear la máquina del tiempo, que permitiría a la gente viajar en el tiempo para descubrir los misterios del pasado.

Los niños escucharon atentamente mientras Albert les contaba cómo funcionaba la máquina del tiempo, los riesgos que había al viajar en el tiempo y las aventuras que podrían tener.

“Lo interesante de mi invento es que puedes usarlo para aprender y explorar el pasado, sin cambiar nada en el futuro. ¿No sería increíble poder ver a los dinosaurios o visitar a grandes figuras históricas como Leonardo da Vinci o Napoleón Bonaparte?”

Los niños no podían contener su emoción y comenzaron a hacer preguntas. “¿Cómo hiciste la máquina del tiempo?”, preguntó Dilan. “¿Es peligroso viajar en el tiempo?”, preguntó Anthony. Albert respondió pacientemente a cada una de las preguntas, y los niños se maravillaron aún más con su invento.

Finalmente, la maestra del Jardín de Infancia agradeció a Albert por su visita y los niños se despidieron animadamente mientras la presentación llegaba a su fin.

En casa, Damián, Fabián, Dilan y Anthony seguían hablando y soñando con la máquina del tiempo. ¿Podrían usarla algún día y visitar a personajes famosos o descubrir cosas asombrosas del pasado?

Ellos no lo sabían, pero esa visita especial al jardín de infancia iba a marcar sus vidas de una forma única e inesperada.

Los niños se quedaron asombrados con la historia de Albert Einstein sobre la máquina del tiempo. Damián, Fabián, Dilan y Anthony estaban emocionados por la idea de viajar en el tiempo y descubrir lo que sucedió en el pasado.

Después de la charla, los niños no podían pensar en otra cosa más que en la máquina del tiempo. Querían construirla y viajar a diferentes lugares y tiempos históricos. Decidieron trabajar juntos en la construcción de la máquina del tiempo y buscaron materiales y herramientas por el jardín de infancia.

Sin embargo, su tarea no era tan fácil como parecía. Tuvieron que aprender a trabajar en equipo y superar desafíos a medida que avanzaban en la construcción. Dilan sugirió usar un sombrero como parte central de la máquina, mientras que Fabián pensó en agregar una bicicleta para generar energía.

Sin embargo, cuando terminaron de construir la máquina del tiempo, ocurrió algo inesperado. Un rayo cayó justo encima de ella, provocando que la máquina se activara de manera accidental. De repente, los niños fueron transportados a la Edad de Piedra, sin saber cómo volver a casa.

Los niños se encontraron rodeados de dinosaurios, cuevas y tribus prehistóricas. Pero ahora debían encontrar una manera de reparar la máquina y regresar a casa. Comenzaron a explorar su nuevo entorno y buscaron pistas y materiales para arreglar la máquina del tiempo.

Finalmente, después de muchos desafíos, los niños pudieron reparar la máquina del tiempo y regresar a su jardín de infancia. Estaban agradecidos por haber aprendido la importancia del trabajo en equipo y la resolución de problemas, y por haber vivido una aventura emocionante en el pasado.

Cuando regresaron, los niños se dieron cuenta de que habían estado fuera mucho más tiempo de lo que habían pensado. La maestra estaba preocupada y contenta al mismo tiempo por ver a los niños de regreso. Los niños se apresuraron a contarle todo acerca de su viaje en el tiempo y cómo habían trabajado juntos para construir y reparar la máquina del tiempo.

La maestra sonrió mientras escuchaba la historia de los niños, sabiendo que el viaje había enseñado a los niños lecciones valiosas sobre la importancia del trabajo en equipo, la creatividad y la resolución de problemas. Decidió dedicar el resto del día al aprendizaje sobre la Edad de Piedra para expandir aún más la curiosidad de los niños.

Después de ese día, los niños nunca olvidarían sus aventuras en el tiempo gracias a su máquina del tiempo y recordarían siempre la idea de que juntos pueden lograr grandes cosas.