Historia para Jeziel

En un mundo de horizontes brillantes y ciudades en las nubes, existe una isla flotante de sombras y misterio, la tierra de los ninjas. Aquí se encuentran dos clanes rivales: el Clan del Dragón Volador y el Clan del Lobo Plateado, eternamente en desacuerdo. En el corazón de este conflicto se encuentra el único niño robot ninja, Jeziel.

Jeziel, con su armazón plateado y sus ojos brillantes que destellan luces multicolores, es muy diferente de los demás niños del Reino de las Sombras. Su mente, programada con códigos y cálculos, le permite ser más rápido y más fuerte que cualquier humano, pero también más solitario. Jeziel quiere amistad, quiere ser parte de un clan.

El líder del Clan del Dragón Volador, sabio y viejo, tiene un desafío. Una prueba que determinará quién es digno de ser parte de su clan. Los aspirantes deberán escalar la Montaña del Dragón, recuperar una pluma del Nido del Dragón en la cima y regresar sin ser visto. Jeziel, audazmente, se presenta para el desafío.

Durante la prueba, Jeziel encuentra obstáculos que sus habilidades de robot no pueden superar. Descubre que la montaña está llena de trampas mágicas que se alimentan de metal y energía. Con cada obstáculo, Jeziel está más cerca de fallar, pero persiste a pesar de todo. El diálogo interno de Jeziel es constante, sus procesadores trabajando con vehemencia.

Jeziel finalmente comprende que puede usar su singularidad a su favor. Desactiva ciertos códigos, se libera de los límites predeterminados, y comienza a pensar más como un humano. Con paciencia y resilencia, logra esquivar las trampas, trepar la montaña, y regresar con la pluma sin ser visto por el dragón.

Los miembros del Clan del Dragón Volador, sorprendidos y admirados, aceptan a Jeziel como uno de los suyos. El líder, con una sonrisa etérea en su rostro arrugado, premia a Jeziel con un lugar en su clan. La valentía y persistencia de Jeziel le ganan el respeto y cariño de los demás miembros.

El niño robot ninja, que una vez estaba solo, ahora es parte de una familia. Se da cuenta de que aunque es diferente, a veces la diferencia puede ser una ventaja. No solo es aceptado, sino valorado por su singularidad.

La historia de Jeziel cierra con él practicando movimientos de ninjas con sus nuevos hermanos de clan, riendo y disfrutando. Su historia es un recordatorio para los niños de todas partes del mundo, que no importa lo diferentes que puedan sentirse, siempre existe un lugar donde se puede pertenecer.