Anyeris era una pequeña zorra que vivía en un bosque mágico en las afueras del pueblo. Aunque era joven, destacaba por su habilidad para la escritura y la lectura. Le encantaba pasar horas en la biblioteca del bosque leyendo y aprendiendo las historias de los antiguos hechiceros y brujas.

Un día, mientras buscaba un libro específico en la biblioteca, Anyeris encontró un viejo libro de hechizos polvoriento que parecía haber estado allí durante siglos. Curiosa, abrió el libro y comenzó a leerlo.

Descubrió que el libro era un antiguo libro de hechizos que contenía la clave para un gran poder mágico que se había perdido hacía mucho tiempo. Anyeris sabía que no debía jugar con magia peligrosa, pero la tentación de poseer un poder tan grande era demasiado para ella.

Decidió llevar el libro a su hogar en el refugio de su árbol y lo empezó a estudiar en secreto. Se las arregló para descifrar los primeros hechizos y se emocionó al ver cómo la magia tomaba forma ante sus ojos.

Sin embargo, la magia era peligrosa y pronto se dio cuenta de que no tenía el control total sobre ella. Un día, mientras intentaba un hechizo, algo salió mal y la magia se desató en una explosión. Anyeris quedó aturdida y se dio cuenta de que había cometido un gran error.

Pensando en lo que su abuela siempre le había enseñado, Anyeris tomó una decisión. Decidió buscar ayuda y devolver el libro a su lugar en la biblioteca mágica. Sabía que debía ser amable para reparar su error y evitar que nadie más cometiera el mismo error.

Anyeris cerró el libro y lo guardó en su mochila. Decidió pedir ayuda a sus amigos del bosque para hacer una poción de memoria y asegurarse de que nadie más pudiera ser tentado por el poder del libro.

Anyeris sabía que ser amable era más importante que poseer un gran poder. Con esa lección en mente, se dirigió a la biblioteca para devolver el libro y hacer las paces con la magia.

Anyeris se adentró en el bosque encantado, en busca del libro perdido que contenía el hechizo más poderoso. Comenzó a sentirse un poco inquieta por la densidad del follaje y los ruidos extraños que escuchaba a su alrededor. De repente, un ruido ensordecedor la hizo saltar de sorpresa.

"¡Soy yo, Gulliver!" Dijo una pequeña voz que venía de un árbol cercano. Anyeris se asomó y vio a un pájaro muy pequeño que parecía estar en apuros.

Gulliver explicó que estaba en busca de su hermano perdido y que se había perdido en el bosque encantado. Anyeris se sintió mal por él y decidió ayudarlo en su búsqueda.

Mientras caminaban por el bosque, Anyeris y Gulliver encontraron un arroyo mágico. En el centro del arroyo había un círculo brillante que parecía atraerlos hacia él. Anyeris se acercó un poco más para mirar mejor, pero de repente se sintió atraída hacia el círculo y cayó en el arroyo.

Anyeris se encontró flotando en el agua del arroyo, y no podía moverse ni respirar. Gulliver intentó ayudarla, pero no podía hacer nada para sacarla del círculo mágico.

"Si quieres salir, debes demostrar que eres amable y bondadosa con todas las criaturas mágicas del bosque".

Anyeris se dio cuenta de que había olvidado su propia moral en su apuro por encontrar el libro mágico. Decidió que debía demostrar su bondad para escapar del arroyo.

En ese momento, apareció un pequeño sapo que parecía estar en problemas. Anyeris le ayudó a salir del agua y lo llevó a un lugar seguro. De repente, el círculo brillante desapareció y Anyeris pudo salir del arroyo.

Anyeris y Gulliver continuaron su búsqueda, pero esta vez, Anyeris se aseguró de ser amable y amistosa con todas las criaturas mágicas que encontraban en el camino. Finalmente, llegaron a una cueva donde encontraron el hechizo poderoso que estaban buscando. Anyeris se sintió muy feliz por haber encontrado el libro mágico, pero estaba aún más feliz por haber aprendido la importancia de ser amable.

Desde ese día en adelante, Anyeris se aseguró de siempre recordar ser amable y bondadosa con todas las criaturas mágicas que encontraba en el bosque. Y Gulliver finalmente encontró a su hermano perdido gracias a la ayuda de Anyeris.

Anyeris y Gulliver se alejaron de la cueva, cargando el hechizo poderoso con ellos. Anyeris se sentía un poco triste por tener que dejar el bosque encantado, pero sabía que regresaría en algún momento. Se despidieron de las criaturas mágicas y prometieron volver algún día.

Al llegar a su hogar, Anyeris se emocionó al enseñar el hechizo a su familia y amigos. Todos estaban impresionados por lo que había logrado.

Pero lo más importante para Anyeris era haber aprendido la importancia de ser amable y bondadosa. A partir de ese día, se aseguró de siempre recordar ser amable con todos y cada uno de los seres mágicos que encontrara.

Con el tiempo, Anyeris se convirtió en una de las brujas más respetadas y queridas del bosque encantado. Siempre estaba dispuesta a ayudar a cualquier criatura mágica que lo necesitara, y su reputación se extendió por todas partes del bosque.

Y cuando Gulliver regresó con su hermano, agradecido por la ayuda de Anyeris, todos celebraron su regreso con una gran fiesta en el bosque encantado. Anyeris se emocionó al ver a todas las criaturas mágicas reunidas en un solo lugar, compartiendo comida y risas.

Fue un final feliz para Anyeris, Gulliver y todas las criaturas mágicas del bosque encantado. Y siempre recordarán la importancia de ser amables y bondadosos con todos.