Historia para QUENLLELY

Título: El Laberinto del Sombrerero Loco

Capítulo 1: La Invitación Sorpresa

Un día soleado en Wonderland, Quenllely estaba jugando en el jardín cuando vio una mariposa que volaba a su alrededor. La siguió hasta que llegó a un pequeño lago y allí vio algo inusual. Una botella que flotaba en el agua tenía una etiqueta que decía: "Para Quenllely de parte del Sombrerero Loco".
Quenllely se sorprendió al ver su nombre en la etiqueta y abrió la botella. Dentro había una pequeña carta que decía: "Querida Quenllely, te invito a un laberinto en mi jardín. ¿Quieres acompañarme?"
Quenllely se emocionó al leer la carta y decidió ir a la mansión del Sombrerero Loco. Al llegar, el Sombrerero Loco y el Ratón Dormilón la recibieron y la llevaron directamente al jardín.
El laberinto era enorme y estaba lleno de sorpresas. Las paredes estaban hechas de setos verdes y altos que formaban un camino sinuoso. Quenllely estaba emocionada por la aventura que estaba a punto de comenzar.
"¡Bueno, bienvenida al laberinto, Quenllely! -dijo el Sombrerero Loco-. ¿Estás lista para la carrera más emocionante de tu vida?"
Quenllely asintió emocionada y comenzó a caminar por el laberinto. Mientras avanzaban, encontraron varios obstáculos en el camino: agua, arroyos, puentes, campos de flores y un sinfín de sorpresas que los dejaban sin aliento.
Después de horas de caminar y correr, llegaron al centro del laberinto donde encontraron un gran pastel de chocolate. El Sombrerero Loco cortó una gran porción y todos compartieron el delicioso postre.
"Esta ha sido una gran aventura, gracias por traerme aquí -dijo Quenllely sonriendo feliz-."
"¡Oh no, esto es solo el comienzo! -dijo el Sombrerero Loco con una sonrisa misteriosa-. ¿Estás lista para algo más?"
Quenllely asintió emocionada. ¿Qué aventuras más emocionantes le esperaban en el laberinto del Sombrerero Loco?

Capítulo 2: El Desafío del Laberinto

El Sombrerero Loco les explicó a Quenllely y al Ratón Dormilón que su siguiente desafío era encontrar la salida del laberinto, pero que para hacerlo debían resolver un enigma.
"Este enigma es muy fácil -dijo el Sombrerero Loco-. ¿Qué palabra comienza con la letra 'E', termina con la letra 'E' y solo tiene una letra en ella?"
El Ratón Dormilón frunció el ceño pensando en la respuesta, mientras que Quenllely se tomó unos segundos más para resolver el enigma. Al final, la respuesta era 'Envelope' (sobre).
"¡Bien hecho, Quenllely! -exclamó el Sombrerero Loco-. Ahora, para encontrar la salida del laberinto, deben encontrar la llave escondida en algún lugar del camino".
Los tres comenzaron la búsqueda de la llave, buscando en cada rincón y esquina del laberinto. De repente, oyeron un ruido misterioso que venía de una de las esquinas. Cuando llegaron allí, encontraron un pequeño murciélago que parecía estar en problemas.
"¿Pueden ayudarme? -dijo el murciélago-. Me he perdido en el laberinto y no puedo encontrar mi camino de vuelta a casa".
Quenllely, el Sombrerero Loco y el Ratón Dormilón no dudaron en ayudar al murciélago y lo guiaron hasta la salida del laberinto. Como agradecimiento, el murciélago les entregó la llave que habían estado buscando.
"¡Lo hemos conseguido! -exclamó Quenllely-. ¡Encontramos la llave y ahora podemos salir del laberinto!"
Sin embargo, cuando llegaron a la salida, se dieron cuenta de que algo estaba mal. La puerta estaba cerrada con llave y la llave que habían encontrado no parecía encajar.
"¡No puede ser! -exclamó el Sombrerero Loco-. ¡Alguien ha cambiado la cerradura y ahora no podemos salir!"
Quenllely y el Ratón Dormilón se miraron con preocupación. ¿Cómo podrían escapar del laberinto ahora que estaban atrapados en su interior?
En ese momento, una voz misteriosa habló detrás de ellos. "¿Necesitan ayuda para escapar?"
Se dieron la vuelta y vieron a la Reina de Corazones mirándolos con una sonrisa enigmática.
"¿Qué estás haciendo aquí, Reina de Corazones?" -preguntó el Sombrerero Loco, con desconfianza.
"Vengo a ofrecerles una solución para su problema -respondió la Reina-. Les daré la llave correcta para abrir la puerta, pero a cambio necesito su ayuda para resolver un misterio".
Quenllely, el Sombrerero Loco y el Ratón Dormilón intercambiaron miradas, sin estar seguros de si debían confiar en la Reina de Corazones. Pero sabían que no tenían otra opción, así que aceptaron su oferta y se dispusieron a resolver el misterio.
La Reina los llevó a través del laberinto hasta un pequeño lago, donde les dijo que buscaran algo que pudiera ayudarlos a resolver el misterio. Después de buscar durante un rato, encontraron una pequeña llave dorada con forma de corazón, que parecía encajar perfectamente en la cerradura.
"¡Esta es la llave correcta! -exclamó la Reina de Corazones-. Ahora, para resolver mi misterio, necesito que encuentren a mi gato, que se escapó de mi castillo esta mañana".
Quenllely, el Sombrerero Loco y el Ratón Dormilón aceptaron el desafío y emprendieron la búsqueda del gato de la Reina. Después de explorar el laberinto durante un rato, encontraron al gato durmiendo tranquilamente detrás de un arbusto. Lo llevaron de vuelta al castillo de la Reina, donde ella les entregó la llave correcta para abrir la puerta del laberinto.
"Muchas gracias por su ayuda -dijo la Reina de Corazones-. Me han demostrado que son valientes y astutos. Ahora pueden salir del laberinto y continuar su camino".
Quenllely, el Sombrerero Loco y el Ratón Dormilón salieron del laberinto y se encontraron de vuelta en el jardín del castillo. Agradecieron a la Reina de Corazones por su ayuda y continuaron su viaje a través del país de las maravillas, sabiendo que estaban un poco más cerca de encontrar a la misteriosa Alice.

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