Historia para QUENLLELY

Un día, mientras Alice caminaba a través del bosque, escuchó un sonido misterioso. Se acercó sigilosamente y encontró una pared de zarzas que parecía tapar la entrada a un jardín secreto. Alice nunca había visto este jardín antes, así que decidió explorarlo.

Cuando empujó las zarzas a un lado, se encontró en un mundo mágico lleno de flores gigantes. Cada flor tenía un instrumento musical distinto y, mientras se movían al viento, tocaban una hermosa melodía que llenaba el aire.

Alice estaba maravillada. Nunca había visto algo así antes. Mientras caminaba a través del jardín, notó que los pájaros también cantaban junto con las flores y un grupo de libélulas se movían en el aire como bailarinas.

De repente, Alice vio a una niña pequeña sentada en una roca. La niña estaba vestida con un hermoso vestido de flores y tenía un montón de collares de flores alrededor de su cuello. Alice se acercó a la niña y le preguntó su nombre.

"Me llamo Quennelly", respondió la niña. "Este jardín es mi hogar y las flores son mis mejores amigas".

Alice se sentó junto a Quennelly y hablaron durante horas, escuchando la hermosa música que las flores y los pájaros creaban. De repente, una música diferente comenzó a sonar. Era una música mucho más fuerte que la que habían oído antes.

Las flores se movieron al ritmo de la música y Quennelly comenzó a saltar y bailar. Alice se unió a ella y juntas bailaron al son de la música. Fue una experiencia mágica y nunca la olvidarían.

Cuando la música finalmente terminó, Quennelly se despidió de Alice y le prometió que volverían a encontrarse pronto. Alice se fue, sabiendo que había hecho un amigo muy especial en Quennelly y con la promesa de volver al Jardín de las Flores Musicales.

Después de ese día mágico en el jardín de las flores musicales, Alice se sintió inspirada para encontrar más aventuras. Quería volver a ver a su nueva amiga Quennelly, pero no sabía cómo encontrar el camino de regreso al jardín secreto.

Alice buscó en el bosque durante horas, buscando la pared de zarzas que había encontrado antes. Pero no pudo encontrarla. Comenzó a pensar que tal vez el jardín secreto solo aparecía para aquellos afortunados que pasaban por allí por casualidad.

Desanimada y agotada, Alice decidió sentarse en un tronco para descansar un poco. Mientras estaba sentada allí, escuchó un sonido extraño. Era como el sonido de una risa distante. Alice se levantó y comenzó a seguir el sonido.

Mientras se alejaba del camino principal en el bosque, el sonido se hacía más fuerte. Finalmente, llegó a un claro donde encontró a Quennelly y a sus amigos, las flores y los pájaros. Estaban teniendo un picnic y cantando canciones.

"¡Alice, lo lograste!", exclamó Quennelly cuando la vio. "Sabía que encontrarías el camino de regreso. ¿Quieres unirte a nosotros?"

Alice aceptó y se unió a la diversión. Pero mientras pasaban tiempo juntos, notaron algo extraño. Las flores y los pájaros no estaban tan alegres como siempre solían ser. De hecho, parecían estar un poco tristes.

"La música en nuestro jardín ha estado desapareciendo gradualmente. No podemos averiguar por qué", dijo Quennelly, con lágrimas en los ojos.

Alice sabía que tenía que hacer algo para ayudar a sus amigos. Decidieron encontrar la fuente de la música perdida y descubrir cómo restaurarla.

Juntos, comenzaron a buscar pistas y recopilar información sobre la música. Estaban decididos a descubrir el origen de la música perdida y restaurar la alegría al mundo mágico del jardín de las flores musicales. Pero no esperaban la sorpresa que les esperaba en su búsqueda.

Mientras seguían investigando, Alice y Quennelly encontraron a un pequeño duende que parecía estar muy triste. Cuando lo interrogaron sobre lo que le pasaba, el duende dijo que había perdido su flauta mágica, la cual le daba el poder de hacer que todas las flores y pájaros cantaran en armonía.

Alice y Quennelly supieron de inmediato que esto era lo que había estado causando la música perdida en el jardín. Sin pensarlo dos veces, comenzaron una misión para encontrar la flauta mágica.

Después de muchas horas de búsqueda, finalmente encontraron la flauta en una cueva escondida detrás de una cascada. Con una sonrisa en sus rostros, Alice y Quennelly corrieron de vuelta al jardín.

Cuando llegaron, tocaron la flauta mágica y la música comenzó a llenar el aire. Las flores y los pájaros comenzaron a cantar en armonía una vez más. La alegría volvió al jardín de las flores musicales.

Todos los amigos de Quennelly estaban agradecidos con Alice por haber ayudado a solucionar el problema. Juntos, celebraron y cantaron durante todo el día.

Finalmente, cuando llegó el momento de partir, Alice se despidió de todos sus nuevos amigos con tristeza en su corazón. Pero Quennelly le hizo prometer que volvería a visitarlos pronto.

Cuando Alice regresó al mundo real, tenía una sensación abrumadora de felicidad y satisfacción. Había encontrado verdaderos amigos y había ayudado a restaurar la alegría en el jardín de las flores musicales. Y sabía que volvería a visitarlos pronto.