Historia para Gigi

Título: Cenicienta y el ratón perdido de la familia

Capítulo 1: El encuentro

Gigi estaba jugando en su jardín cuando escuchó un pequeño chillido. Se detuvo y escuchó de nuevo. Era un sonido muy suave, pero Gigi sabía que algo estaba mal.
Miró alrededor y vio algo correr rápidamente detrás de las flores. Gigi se arrastró hacia allí sigilosamente y lo que encontró la dejó sorprendida. Era un pequeño ratón gris y parecía muy triste.
Gigi se acercó al ratón y comenzó a hablarle suavemente. "Hola, amiguito, ¿qué te pasa?" El ratón levantó su cabeza y la miró con sus ojos tristes. "He perdido a mi familia y estoy solo. No sé qué hacer", dijo el ratón con voz temblorosa.
Gigi se sintió triste por el ratón y decidió ayudarlo. "No te preocupes, amiguito. Conozco a alguien que te puede ayudar", dijo Gigi.
Gigi tomó al ratón en sus manos y lo llevó a la casa de Cenicienta. Cenicienta era su amiga y sabía que ella amaba a los animales. Cuando llegaron a la puerta de la casa de Cenicienta, Gigi tocó la puerta. Cenicienta abrió la puerta y sonrió al ver a Gigi con el ratón en sus manos.

"¿Qué tienes ahí, Gigi?" preguntó Cenicienta.

"Este pequeño ratón está perdido y necesita ayuda para encontrar a su familia", respondió Gigi.
Cenicienta inmediatamente se sintió conmovida por el ratón y lo llevó adentro para darle comida y agua. Después de la comida, el ratón le contó su historia a Cenicienta.
Cenicienta se comprometió a ayudar al ratón a encontrar a su familia y le preguntó a Gigi si quería ayudar. Gigi asintió emocionada y feliz de haber encontrado un nuevo amigo.

Así comenzó su aventura para encontrar la familia perdida del ratón.

Capítulo 2: El peligro del bosque

Cenicienta, Gigi y el ratón salieron de la casa temprano en la mañana para buscar la familia del ratón. Cenicienta tenía un mapa del bosque y sabía que era el lugar donde el ratón había perdido a su familia. A medida que avanzaban, Gigi mantenía al ratón en sus manos para que no se perdiera.
El bosque era hermoso, pero también peligroso. Había muchos árboles y rocas que hacían difícil el paso y los animales salvajes se escondían detrás de ellos. El ratón comenzó a tener miedo, pero siguió adelante con la ayuda de Gigi y Cenicienta.
De repente, Gigi escuchó un ruido extraño. Parecía que alguien los estaba siguiendo. Se lo dijo a Cenicienta, quien de inmediato les ordenó que se detuvieran.

"¡Alto! ¿Quién está ahí?" gritó Cenicienta. Pero no hubo respuesta.

Cenicienta tomó su vara mágica y se preparó para cualquier cosa. Gigi abrazó al ratón, temblando de miedo. De repente, salió un zorro del bosque.

"¡Oh no, un zorro! Tenemos que ser cuidadosos" dijo Cenicienta.

Pero el zorro no parecía enojado. Se acercó a ellos y les habló amablemente diciendo: "Perdónenme, no quería asustarlos. Solo quería ver qué estaban haciendo aquí".
Cenicienta le explicó al zorro que estaban buscando la familia del ratón perdido y el zorro se ofreció a ayudarlos. Él conocía el bosque muy bien y sabía cómo encontrar a los animales perdidos.
Juntos siguieron avanzando por el bosque y el zorro les mostró un camino que conocía. A medida que avanzaban, escucharon ruidos extraños, pero el zorro los tranquilizó diciendo que eran solo los animales del bosque.
Finalmente, llegaron a una pequeña cueva y el zorro señaló hacia ella. "Creo que los ratones están allí" dijo el zorro.
Gigi abrió cuidadosamente la entrada de la cueva y vio una pequeña familia de ratones adentro. "¡Aquí están!" gritó Gigi.
El ratón solitario se reunió con su familia y estaban muy agradecidos con Gigi, Cenicienta y el zorro. Al despedirse, el zorro les dijo: "Recuerden que el bosque puede ser peligroso, pero si se mantienen juntos y se ayudan mutuamente, siempre podrán encontrar su camino de regreso a casa".
Gigi, Cenicienta y el ratón perdido estaban felices de haber encontrado a la familia del ratón y regresaron a casa con una gran aventura en sus corazones.
De vuelta en casa, Gigi y Cenicienta se sentaron en la sala de estar mientras el ratón jugaba con una pelota. Gigi le preguntó a Cenicienta: "¿Cómo supiste que el zorro no era malo?".
Cenicienta sonrió y respondió: "Bueno, Gigi, a veces las apariencias pueden engañar. El zorro nos habló amablemente y se ofreció a ayudarnos. También nos dijo que conocía muy bien el bosque. Así que decidí confiar en él".
Gigi asintió con la cabeza y dijo: "Entonces, ¿todos pueden ser nuestros amigos si les damos una oportunidad?".
Cenicienta le sonrió y respondió: "Exactamente, Gigi. Todos merecen una oportunidad. Y si nos ayudamos mutuamente, siempre podemos encontrar una solución a nuestros problemas".
Gigi sonrió felizmente y abrazó a Cenicienta. "Gracias por mostrarme el bosque y ayudar al ratón, Cenicienta. Fue una aventura increíble".
Cenicienta abrazó a Gigi de vuelta y dijo: "Siempre estaré aquí para ayudarte, Gigi. Y siempre podremos tener aventuras juntas".
Gigi se acurrucó en el regazo de Cenicienta, viendo cómo el sol se ponía en el horizonte. Sabía que siempre podría confiar en su amiga Cenicienta y que su aventura en el bosque siempre sería un recuerdo feliz para ella. Y para el ratón también.

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