Historia para Martina
Título: Baloo y la fruta mágica de colores

Capítulo 1: El encuentro con la fruta mágica
Martina estaba caminando por la selva, disfrutando de los sonidos y aromas que la rodeaban, cuando de repente se topó con Baloo, el oso amigo de Mowgli. Baloo estaba tumbado en el suelo, comiendo frutas y disfrutando del sol.
Martina se acercó y saludó amablemente a Baloo. Él la miró con cariño y le ofreció una de las frutas que estaba comiendo. Martina la aceptó agradecida y la comió con gusto.
Pero algo extraño sucedió después de que Baloo comiera una fruta. De repente, su piel empezó a cambiar de color. Primero se volvió rosa, luego verde, amarillo y finalmente azul. Baloo no podía creer lo que estaba sucediendo y comenzó a asustarse.
Martina trató de calmarlo y le preguntó qué tipo de fruta había comido. Baloo le mostró la fruta y ella la reconoció. Era una fruta mágica que solo crecía en la selva.
Martina le aseguró a Baloo que todo estaría bien y que ella lo ayudaría a encontrar una solución. Juntos, buscaron al antiguo elefante Hathi, quien era famoso por su sabiduría.
Cuando se encontraron con Hathi, le contaron todo lo que había sucedido. Hathi les aclaró que la fruta mágica solo afectaba a los colores de los animales temporariamente y que Baloo volvería a la normalidad después de un tiempo.
Baloo se sintió aliviado y agradecido por el apoyo de Martina. A partir de ese día, Martina y Baloo se hicieron amigos inseparables y juntos vivieron muchas aventuras en la selva, siempre protegiéndose el uno al otro.
FIN del Capítulo 1.

Capítulo 2: Una carrera contrarreloj
Martina y Baloo pasaron varias semanas disfrutando de su amistad y explorando la selva juntos. Un día, mientras se encontraban en lo profundo de la selva, escucharon gritos de auxilio. Corrieron hacia el sonido y descubrieron que un pequeño mono estaba atrapado en una trampa.
Martina y Baloo intentaron liberarlo, pero la trampa estaba hecha de ramas fuertes y no podían romperlas. Fue entonces cuando recordaron la fruta mágica que Baloo había comido y pensaron que podrían usarla para ayudar.
Sin embargo, también recordaron que la fruta mágica solo afectaba temporalmente los colores de los animales. Si Baloo comía la fruta para cambiar de color y así romper la trampa, no podrían garantizar que volvería a su color natural antes de que los cazadores de la selva se dieran cuenta de que algo extraño estaba sucediendo.
Entonces, Martina y Baloo idearon un plan. Martina se encargaría de distraer a los cazadores mientras Baloo intentaba liberar al mono de la trampa. Sin embargo, no les quedaba mucho tiempo, ya que los cazadores estaban acercándose rápidamente.
Martina corrió hacia donde estaban los cazadores y comenzó a hacer ruidos para atraer su atención, mientras Baloo intentaba romper la trampa con todo su fuerza. Finalmente, la trampa se rompió y el pequeño mono fue liberado.
Martina y Baloo celebraron su éxito y huyeron rápidamente antes de que los cazadores descubrieran lo que habían hecho. Mientras se alejaban de la escena, Baloo notó que su piel volvía lentamente a su color normal.
Martina y Baloo se dieron cuenta de que habían formado un gran equipo y prometieron siempre estar allí el uno para el otro. La fruta mágica había sido una bendición para ellos, pero descubrieron que su verdadera fuerza estaba en su amistad y su trabajo en equipo.

FIN del Capítulo 2.
Con el pequeño mono a salvo y los cazadores alejados, Martina y Baloo se internaron en la selva. A medida que avanzaban, hablaban de todo lo que habían aprendido juntos y lo mucho que se habían cuidado mutuamente.
Baloo se sintió muy agradecido por la amistad de Martina y se dio cuenta de que su corazón había crecido gracias a ella. Y Martina también se sintió feliz porque había encontrado un amigo tan leal y divertido como Baloo.
Después de caminar un rato más, se detuvieron en una colina para disfrutar la vista de la selva. Desde allí, pudieron ver cómo la luz del sol caía a través de los árboles, y cómo los animales se movían con total libertad.
Martina se sintió afortunada de tener la oportunidad de vivir en un lugar tan mágico y lleno de vida, y Baloo se sintió agradecido por tener a alguien con quien compartir todo eso. Ambos se sintieron felices por haber superado juntos la prueba de la trampa y haber demostrado que su amistad era más fuerte que cualquier fruta mágica.
Así, con una sonrisa en sus rostros y la promesa de aventuras futuras, Martina y Baloo comenzaron a caminar hacia su hogar en la selva. Sabían que siempre serían amigos, sin importar qué colores cambiaran, y que juntos seguirían explorando los secretos de la selva.